Los Servicios de Salud de San Luis Potosí, en el marco del Día Mundial del Cáncer de Ovario invita a las mujeres mayores de 40 años a realizarse un chequeo ginecológico una vez al año, mejorar sus estilos de vida con una dieta nutritiva, realizar actividad física regular y eliminar el consumo de tabaco como prevención, ya que que es la tercera causa de muertes por tumor en el país.
El conocer e identificar los síntomas de cáncer de ovario desde sus inicios puede salvar vidas, si presenta inflamación abdominal, dolor pélvico o abdominal, frecuente necesidad de orinar, estreñimiento o diarrea, sensación de plenitud continua al comer, pérdida de apetito, cansancio excesivo. Si una mujer presenta síntomas por dos o más semanas, es necesario solicitar atención médica para ser valorada por un profesional.
El cáncer de ovario es un crecimiento descontrolado de las células del ovario, donde éstas se vuelven anormales, el tratamiento en etapa inicial e intermedia ofrece la oportunidad de preservar la fertilidad, no así en fase avanzada, dentro de los factores de riesgo que predisponen a las mujeres a padecerlo se encuentra: el no tener hijos, primer período menstrual en edad temprana, inicio de la menopausia a edad más avanzada que el promedio, que han padecido de endometriosis, sobrepeso y obesidad, no haber dado pecho, consumo de tabaco y haber tenido un periodo mayor de cinco años con terapia hormonal de reemplazo (tratamiento de la menopausia) o anticonceptivos orales, cuando en la familia se han presentado casos de cáncer de ovario, de mama, de colon o uterino, especialistas destacan la importancia de conocer los antecedentes familiares.
Los ovarios están compuestos por tres tipos principales de células: epiteliales, germinales y estromales. En cada tipo de células se puede desarrollar una clase diferente de tumor. Los tumores epiteliales se originan de las células que cubren la superficie externa del ovario. Los tumores de células germinales se forman en las células que producen los óvulos. Los tumores estromales se originan de las células del tejido estructural que sostienen el ovario y producen las hormonas femeninas estrógeno y progesterona.
La mayoría de estos tumores son benignos (no cancerosos) y no se propagan fuera del ovario, se pueden tratar mediante la extirpación quirúrgica, sin embargo, cuando se llegan a formar tumores ováricos malignos (cancerosos) se pueden propagar a otras partes del cuerpo (metástasis) y causar la muerte. La detección oportuna evita que haga metástasis a otros órganos como la pelvis y el abdomen.