“Como presidente del Club Atlético de San Luis, soy el culpable por la violencia de ayer, pero nunca se me ha pasado por la cabeza renunciar”, declaró este día Alberto Marrero, en un intento por justificar la trifulca ocurrida entre las barras del San Luis y el Querétaro, en una rueda de prensa que ofreció junto al vicefiscal Aarón Edmundo Castro; el director de la Policía Estatal, Carlos Landeros; el cuestionado y mal afamado director de Operaciones de la SSPE, Samuel Ruiz; y el cada vez más incómodo director de Seguridad pública Municipal.
Entre risas y sonrisas, Alberto Marrero, adelantó que aceptarán las sanciones que imponga al club la Comisión Disciplinaria, aunque, dijo, “renunciar nunca” pues, aseguró, en San Luis Potosí no había siquiera futbol profesional y ahora, desde que él llegó, no sólo el club ascendió a Primera División, sino que logró posicionar el balompié.
Por su parte los encargados de la seguridad en San Luis Potosí, se hacían bolas con los números, con los tiempos, con los heridos, con los afectados, nada cuadró con la realidad, llegando incluso al extremo que Carlos Landeros declaró que “no era prioridad hacer detenciones”, por eso no hay sancionados.
En la rueda de prensa no se aclararon las dudas, los periodistas siguen preguntándose por qué falló el operativo a pesar de que el encuentro entre San Luis y Querétaro ya estaba pronosticado como “difícil”.
En el estadio Alfonso Lastras no es la primera vez que ocurren hechos delictivos, ya antes ha habido pleitos entre las barras de los club, sin embargo, a pesar de los hechos, los jefes policiacos no aprenden la lección y siguen buscando excusas para justificar su falta de operatividad y la violencia en los partidos de futbol.
