Cada vez es más común encontrarnos con personas que no ven la soltería como una fase, sino como una opción. En la actualidad mucho se habla de las relaciones tóxicas, recordemos que hace algunos meses eran tendencia los temas de las “red flags” o “banderas rojas” que indican sobre comportamientos insanos que deterioran la relación e incluso la salud mental de las personas involucradas.
Tener pareja siempre se ha visto como un estándar social que todos quieren alcanzar, como si esto fuera signo de éxito social, pero las cosas han cambiado en los últimos años, ahora el tener pareja ya no es garantía de éxito, ahora más bien se busca en tener vínculos de calidad.
Aunque este tema puede ser aplicable no solo en relaciones de pareja, es también un tema que podría extenderse a otras relaciones, como las relaciones de amistad, de familia y el entorno laboral, cada vez se le da mayor peso a la salud mental y huimos de aquello que nos parece tóxico, aunque en las relaciones de pareja nos encontramos con un gran adversario a desmentir: El amor romántico.
A pesar de estar en pleno siglo XXI siguen existiendo miles de prejuicios basados en los mitos del amor romántico, pues aún recibimos muchos estímulos que fomentan la idea de relación tóxica camuflajeada como “romántica” para que sea deseable, frases como: “Si no te cela no te ama”, “si no le importa con quien hablas es porque no te quiere” etc, hacen creer a cientos de personas, que estos rasgos tóxicos son parte del amor, cuando evidentemente no es así.
Cada vez hay más personas que acuden a terapia porque no son capaces de identificar si hay comportamientos tóxicos en sus relaciones, para valorar si es posible trabajar en esos vínculos o es hora de dejar ir a aquellas personas que no aportan, sino que merman. Pero ¿qué es una relación sana?
Una relación saludable es aquella en donde te encuentras en paz, donde hay tranquilidad, confianza y está construida sólidamente, es decir, que ha habido tiempo para establecer diálogos y espacios de confianza y respetos, un equipo que no solo sea buen equipo en las buenas, sino también en las malas. Una relación sana no es en donde no hay conflictos, sino donde los conflictos son vistos como una oportunidad para crecer y evolucionar juntos.
Los elementos más importantes para crear un ambiente de seguridad y tranquilidad son tenerse confianza, respeto, saber comunicarse y escuchar a la pareja, algo que parece sencillo, pero en la práctica no lo es tanto, las relaciones requieren un esfuerzo, un trabajo diario, ojo, esto no es lo mismo que un “sacrificio”.
Otro factor sumamente importante entre las relaciones de pareja son los pactos o reglas que se establecen en la relación, es aquí donde se define que tipo de relación van a mantener, cuáles son las normas de su privacidad y la existencia de limites dentro de la relación. Tener pactos y reglas claras con tu pareja ayudará a no crear confusión entre conductas tóxicas o al menos a tener bien delimitados aquellos que son pactos de conductas tóxicas.
Es posible trabajar en mejorar las relaciones que ya tenemos, evidentemente existen relaciones que son alarmantes y la mejor opción no es intentar modificar el vínculo, sino abandonarlo, como casos de violencia física, psicológica o verbal, es difícil hacer una valoración general de rasgos tóxicos, pues esto depende también de los pactos establecidos y las circunstancias de cada pareja, sin embargo, sí que hay ciertas claves que es importante tenerlas en cuenta.
Es importante aprender a identificar los comportamientos tóxicos y cuál es la raíz de este, (pensamientos, creencias, valores) para así poder trabajarlo en equipo, algunos comportamientos han sido retroalimentados toda la vida, por lo tanto, se vuelve un poco más complicado el modificar esos esquemas de comportamiento, sin embargo, siempre que exista voluntad y confianza en el vínculo podrá haber mayor posibilidad de éxito.
Estefanía López Paulín
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