Regidores del PAN y del Verde exigieron cuentas claras al alcalde interno Alfredo Lujambio y al tesorero Rodrigo Portilla, sobre la larga lista de trabajadores municipales que fueron despedidos de manera injustificada, así como de los ocho millones de pesos que “se perdieron” del cajón de la Tesorería y la compra indiscriminada de estufas, lavadoras y despensas que se distribuyeron entre la ciudadanía con presuntos fines políticos.
La primera en abordar el tema, pese a las evasivas del secretario Sebastián Pérez, fue la regidora panista Verónica Rodríguez Hernández, quien, con la firmeza y el carácter que la distinguen, expuso las irregularidades que se han generado por el despido de trabajadores municipales a los que, de la noche a la mañana, dieron de baja. De igual manera, demandó un informe detallado de los ocho millones que se le desaparecieron al tesorero Rodrigo Portilla y, para rematar, la regidora exigió también que se le proporcione un informe detallado de todas las licitaciones y gastos que tuvo que hacer el Ayuntamiento para comprar estufas, lavadoras y despensas que luego fueron repartidas con fines políticos.
“Ustedes prometieron ser transparentes y honrados, pero resultaron mucho peor” sentenció Rodríguez Hernández en referencia al alcalde interino, Alfredo Lujambio, y al tesorero Rodrigo Portilla, quienes no han sabido explicar todas las anomalías que se han generado durante la administración.
Al tema se sumó el regidor Christian Iván Azuara Azuara quien, en igualdad de condiciones, demandó la información solicitada sobre los temas ya expuestos pues, consideró, se está incurriendo en serias anomalías y opacidad al ocultar información que debería ser pública sin reserva alguna.
Un empoderado Eloy Franklin, regidor del Verde y ahora también diputado electo, reapareció en el Cabildo Capitalino para sumarse a la exigencia de un informe pormenorizado de la entrega de apoyos sociales que se adquirieron con presupuesto del Ayuntamiento con el objetivo de conseguir votos a favor de Xavier Nava y del candidato a diputado Óscar Valle quienes, pese a estas estrategias, sufrieron humillantes derrotas.
Sebastián Pérez, en funciones de secretario general del Ayuntamiento, desalineado, con el rostro sucio y muy brilloso, se rascaba el bigote intentando controlar los nervios, en tanto que Alfredo Lujambio se mordías las uñas y se movía constantemente, consciente de que tiene que arreglar cuentas antes de dejar el cargo.
Rodrigo Portilla, el tesorero, parecía estar en su oficina. Al fondo, el slogan xavierista “Rompe el silencio” fungía como ofrenda fúnebre tras la batalla política y electoral que le significó mucho manoteo con el dinero de los potosinos, lo que incluyó contratos millonarios a hackers que atacaron, lo mismo, adversarios que medios de comunicación.
Tras el anuncio del regreso de Xavier Nava, Sebastián, Lujambio y Rodrigo tendrán que ponerse a trabajar para ocultar su cochinero o enmendar todo aquello que hicieron mal y que podría representarles serias complicaciones una vez que Enrique Galindo asuma funciones como presidente municipal.