En una demostración de auténtico «compromiso» con el pueblo, las regidoras de Ciudad Valles decidieron hacer una entrada triunfal a su última sesión y al informe de Gobierno. ¿Cómo lo hicieron? Pues, claro, ¡en una lujosa limosina color crema! Porque cuando uno no ve la ciudad por la que supuestamente trabaja, qué mejor manera de recorrerla que desde la comodidad de un vehículo que refleja a la perfección su desconexión con la realidad.
Ahí iban, muy elegantes, las regidoras Virginia Guerrero, Ericka García Ponce, Patricia Hurtado, Ruth Portilla, Norma Chávez García y la Síndico Karina Reséndiz, paseando por las calles que nunca caminan, en la ciudad que jamás han visto realmente, excepto desde su privilegiado asiento en las sesiones de cabildo, donde lo único que hacen es levantar la mano. Sí, así de «trabajadoras». El esfuerzo se mide en cómo agitan el brazo para aprobar lo que sea, porque, claro, ¡el deber llama!
Tomemos a la regidora Ericka García, quien en un arrebato de autoridad, intentó correr al Tribunal Agrario de la colonia «fifí» donde reside. Que los vendedores ambulantes no se sientan cómodos cerca de su majestad, ¿verdad? Nada como un acto de prepotencia para demostrar que, en realidad, lo que importaba era su propio espacio de confort.
¿Y qué decir de la regidora Virginia Guerrero? Siempre dispuesta a apoyar… a su familia. Porque cuando se trata de acomodar a personal de tránsito en las escuelas de su hermana, ahí sí no falta eficiencia. Y mientras, el caos vial sigue siendo una fiesta sin control.
La Síndico Karina Reséndiz, por su parte, demostró ser una maestra del escaqueo. ¿Información de los laudos o procesos legales de los que debía encargarse? No, eso no lo maneja. Pero milagrosamente encontraba tiempo para asistir a las actividades escolares de sus hijos. Prioridades, ¿verdad?.
Así que ahí las tienen, paseando en su limosina como estrellas fugaces en el firmamento de la inoperancia. Porque cuando se trata de demostrar cuánto han hecho por la ciudad, el lujo y la desconexión son la mejor manera de recordarnos que, en realidad, nunca estuvieron presentes.
Seguiremos informando.
