Retomando el tema anterior acerca del verdadero sentido de las red Flags, y con ellas la oportunidad de detenerte a pensar si esa relación o situación te hace bien, te hace feliz y aporta tu bienestar psicológico y emocional, el día de hoy hablaremos de las banderas rojas en personas, que es mejor no mantener en tu vida, ya que el desgaste emocional que conlleva mantener estás relaciones suele ser agotador, por más aprecio y amor que le puedas tener a quienes te rodean, ser selectivo y tener límites en tus relaciones es un acto de amor propio, siendo el amor propio lo primordial para poder amar sanamente a tus cercanos.
Empecemos por, ¿Qué es una persona tóxica? La definiremos cómo aquellos individuos que nos llenan de su negatividad, que nos impregnan de su mal de estado de ánimo, que nos manipulan, etc. ¿Cuántas veces no hemos pasado incluso un corto tiempo con una persona malhumorada y quejosa, que al terminar la interacción con ésta nos sentimos desgastados, sin de energía y hasta con el mismo malhumor?
Pero ¿Cómo podemos diferenciar a las personas tóxicas de las que no lo son? Si bien, es cierto que en ocasiones hay días que no son del todo buenos y podemos generar esta misma energía contaminando el espacio de otros, esto no nos convierte en personas tóxicas para los otros, la persona tóxica lo es, porque este es su estado es natural y permanente, esa es su manera de ser.
Las características más frecuentes de las personas tóxicas son:
• El quejoso por deporte: estás personas no solo son negativas, sino que no puedes parar su discurso de queja y disgusto, se amargan y amargan a los demás con su forma tan negativa de ver cada situación.
• El envidioso: estás personas viven comparándose y deseando lo que otros tienen, pese a como sea la situación, estar con personas que no se alegran de corazón por ti y tus logros académicos, económicos o sociales serán una obstrucción en el camino para poder disfrutar de todo esto y de una amistad sana.
• El negativista: Estás personas solo saben hacer comentarios negativos respecto a todo, transforman cualquier simplicidad que podría ser alegre en algo triste y negativo, llevan consigo una bandera de derrotismo que puede hacerte dudar incluso a ti.
• El sincero a muerte: Lo malo de la sinceridad de estás personas es que muchas veces la utilizan como una excusa para soltar comentarios dolorosos e hirientes bajo el concepto de “la verdad no duele”, lo más triste es que muchas de las veces estás personas están cerradas solo a su propia “verdad”.
Ante este tipo de personas lo más saludable es alejarte, si puedes alejarte de manera física de esa persona, evitando así estar en su entorno de toxicidad, si no puede alejarte físicamente porque es un compañero de escuela, de trabajo o familiares, lo mejor es no escucharles, no caer en sus juegos o provocaciones, diséñate en escudo imaginario al cual le das el poder de no permitir el paso a esa negatividad y toxicidad de esa persona.
Estefanía López Paulín
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