El Centro Histórico de la capital potosina se caracteriza por ser un lugar que da cobijo cultural a muchas personas, además de que sirve como escenario para que cientos de potosinos creen fuertes lazos de amistad a través del arte y la cultura, que al final de cuentas, sirve como pretexto para unir a las personas, sus vivencias, costumbres, valores y formas de ver la vida.
Un ejemplo de esto fue el reconocido artesano «Wicho Mezcales», como era bien conocido en la Plaza del Carmen, fue una muy conocida por todos los que encuentran en el Centro Histórico, una auténtica vida de Rock and Roll, arte y cultura. Con sus pulseras tejidas a mano, se le podía ver a Wicho por las calles del centro, con su característica actitud de solidaridad y ayuda con quien lo necesitara, así como de protección hacia todas las personas que él estimó en vida.
Sus allegados reconocen en su historia a un joven que llegó desde muy temprana edad a este primer plano de la ciudad buscando salir adelante, en compañía de su hijo, Mauricio «Mezcales» y sus pulseras. Afirman que siempre daba su mejor cara a quienes consumían su arte; y gracias a este, también pudo vivir grandes aventuras, conciertos y conocer muchos lugares nuevos.
Todas estas experiencias fraguaron los conocimientos que dieron paso a los grandes consejos que tenía para ofrecer si alguien se acercaba a platicar con él por las calles del Centro Histórico de San Luis Potosí.
«Fue una persona que siempre daba la camiseta por sus amigos», » aunque no tuviera nada, lo daba todo», «me apoyaba más que mi propia familia», » era como mi padre», «la Plaza del Carmen está de luto», fueron algunos de los mensajes que los amigos de Wicho, pudieron expresar en el homenaje que se llevó a cabo el día de ayer, 20 de septiembre en la Plaza del Carmen, en conmemoración de su cumpleaños.
Amigos, familia y conocidos siempre recordarán a Wicho Mezcales con su icónica frase: «Algún día seremos felices»
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