En el andar diario del potosino es muy común encontrarse frente a los monumentos, esculturas y obras históricas que adornan nuestra ciudad. Las conocemos y estamos tan familiarizados a ellas que ya forman parte de nuestra identidad como potosino. Quien no se ha sentado a tomar un descanso del ajetreo del mundo y de su gente en las fuentes del centro histórico, o al cruzar el distribuidor maravillarse con la imponente escultura de Juaréz en el centro. Estás obras así como muchas más que ya forman parte de la identidad colectiva como potosino son obras del hombre Joaquín Arias. Escultor de monumentos e identidad nacional.
El escultor nació en Ixtlahuaca, Estado de México en el año de 1913, durante el pleno apogeo revolucionario, eso sería algo que influiría directamente en su carrera y visión artística; dedicó su vida a la construcción de esculturas de figuras que forjaron nuestra identidad y lucha como mexicanos, siendo el poder que este le daba a los personajes dentro de sus tallados en piedra lo que destacó durante toda su trayectoria.
Llegó a San Luis Potosí a sus 28 años, donde pasaría casi toda su vida hasta su fallecimiento en el año 2013, donde ayudaría a consolidar la identidad del estado regalándonos muchas de lo que son ahora las obras más emblemáticas del estado. Es imposible que siendo potosino jamás te hayas cruzado con alguna de ellas.
La decisión de Arias por dedicar su vida y carrera a escultura nacionalista se debe al gran amor que este siempre profesó por su patria, siendo un niño de cuna revolucionaría, supo desde pequeño que su vocación estaría marcada por su patria. Fusionando su sensibilidad artística con el entendimiento nacional histórico.
Su legado seguirá siendo parte de la identidad de generaciones y generaciones más de potosinos. Sus obras recorren los puntos más importantes de la ciudad, en el centro histórico tenemos las fuentes de la Plaza del Carmen y el Jardín de Guerrero, sitio predilecto de los potosinos para encontrarse. En el Teatro de la Paz la famosa bailarina que podemos ver en el centro del lugar fue edificada por él, así como los bustos que se encuentran en los pasillos del recinto. En las avenidas más importantes de la ciudad tenemos sus esculturas en el centro, como el monumento en la glorieta de la revolución, Mariano Jiménez, el imponente Benito Juárez en el distribuidor vial. Y dentro del Parque Tangamanga, tenemos el monumento al eclipse solar y las figuras de los héroes nacionales que recorren los camellones principales. Tampoco olvidemos la escultura a piedra de la cabeza de Benito Juárez en el centro histórico. Así como las figuras de Francisco I Madero, Ponciano Arriaga entre otros personajes más que llenan de historia nuestro centro. Y en estados vecinos como en Guadalajara, fue el responsable de construir la icónica figura de La Minerva.
Joaquín Arias recibió en el año 2003 la presea al mérito «Plan de San Luis». A pesar de no ser potosino supo ganarse el corazón de toda una ciudad, en la que permanecerá en la memoria colectiva por muchas generaciones más.
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