Una enorme plaga de recomendados y aviadores tiene infestado al Centro de las Artes desde hace varios años, tema que fue solapado y creció considerablemente durante la administración de Armando Herrera Silva, exsecretario de Cultura, y de Laura Elena González Sánchez quien, durante varios años, fue la directora general de este recinto cultural. A la fecha, de acuerdo con los cifras oficiales, la institución tiene más «trabajadores» que alumnos, situación que se traduce en un gasto de más de 20 millones de pesos al año solamente para pagar nóminas.
Los datos que se han revelado muestran que, durante la pasada administración, el Centro de la Artes se convirtió en una agencia de colocación para familiares y amigos de altos funcionarios, así como un espacio para pago de cuotas a personajes que hicieron del servicio y el dinero público su forma de sustento durante años.
Según revelan, en contubernio con Armando Herrera y Laura Elena González, se asignaron sueldos onerosos a «trabajadores» que no realizaban actividades esenciales o que eran asistentes de asistentes de asistentes, sí, un asistente contaba con uno o dos asistentes más. En algunos de estos casos, los sueldos mensuales que recibían superaban los 32 mil pesos.
De los más de 120 empleados del Centro de las Artes, menos de 40 son catedráticos y el pago de sueldos por este rubro alcanza apenas los 387 mil pesos, lo cual indica que la gran mayoría del presupuesto se va en trabajadores administrativos, sin embargo, también vale la pena mencionar el caso de algunos «docentes» que reciben dos o tres sueldos al mismo tiempo, lo que dispara el monto total de nóminas.
Cabe recordar que por la pandemia del covid, muchos centros de cultura fueron cerrados, y el Centro de las Artes fue uno de los que canceló cursos por este hecho, sin embargo, eso no le impidió pagar grandes cantidades en altos sueldos, los cuales suman más de 1.6 millones de pesos mensuales.
De los 14 museos que reciben presupuesto, el Centro de las Artes es el más alto con 45 millones de pesos, lo que le permite pagar en sueldos cerca de 20 millones de pesos anuales a pesar de tener más empleados que alumnos. Se sabe que, desde su llegada, la nueva administración de la Secretaría de Cultura y del Centro de las Artes trabajan en una reestructuración para adelgazar la obesa nómina y rescatar la oferta académica que, por cierto, está por los suelos.