Banda de rateros opera impunemente a plena luz del día en las inmediaciones de la Décima Segunda Zona Militar en donde, lo mismo, roban autos, aletean, asaltan transeúntes y adolescentes despistados.
Las víctimas han perdido en esa zona, que implica Avenida Juárez, Diez Gutiérrez, Espinoza y Cuevas y la avenida Constitución, autos, computadoras, teléfonos celulares, dinero en efectivo, relojes y, algunos, incluso, han sufrido ataques a su integridad física.
De nada vale denunciar, de nada vale llamar a la policía ni vale la presencia permanente de soldados armados hasta los dientes en las puertas del 40° Batallón, la 12va Zona Militar o el Hospital Militar ubicado en la calle de Coronel Ontañón. De los escuálidos guardias ubicados en el Hospital del ISSSTE, ya mejor ni se habla.
En este sector de la capital potosina, la Policía Municipal a cargo de Antonio “Gorgori” Villa, la Guardia Civil encabezada por José Luis “El Loco” Urban, la Guardia Nacional y los teofilitos de la Policía Urbana no existen ni por equivocación.
Algunas versiones de vecinos afirman que son los lavacarros los jefes de la delincuencia en esa zona y que “están puestos” con todas las policías, por eso de nada vale presentar una denuncia, porque los agentes de la Policía de Investigación, inmediatamente, les informan y, es con los habitantes de la zona, con los que, luego, los malandros se desquitan.
En las últimas semanas, el índice de robo de vehículos, asaltos y “levantones” en esa zona de ha incrementado sin que autoridad alguna presente operativos para disuadir este tipo de delitos.
