Por Ana Dora
Rafaela, es una mujer que lleva 28 años barriendo calles, o como ella misma lo dice: «me dedico a limpiar las ciudad». Su lucha es diaria, a través de su esfuerzo manifiesta la necesidad de una vida de igualdad en todos los sentidos.
Inició este trabajo al lado de su madre por necesidad, ambas comenzaron en el turno nocturno pero después de varios años, Rafaela fue turnada a la mañana.
Se baja del camión a las 6 am en el Eje Vial, camina por las oscuras calles de la madrugada entre vagos e inseguridad hasta llegar a la base de operaciones de la Dirección de Ecología y Aseo Público, donde espera le entreguen su ruta y su herramienta, que consiste en una escoba, un recoger y su carrito.
Ahí comienza su jornada, recorre más de 6 km diarios empujando un carrito tembleque, que pesa más de 30 kilos, camina entre baches, adoquines, calles y avenidas, para subir escalones tiene ya una truco de años, ya se la sabe.
Ha sufrido acoso callejero, como la mayoría de las mujeres, pero con más frecuencia por trabajar constantemente en la calle, los hombres se acercan y le preguntan cuánto cobra, como si el estar en las calles significara ser un objeto a la venta. Nos platicó, que dos de sus compañeros murieron atropellados durante su jornada laboral, pues caminar bajo la banqueta a un lado de camiones y vehículos es un riesgo latente, ella dice: «me ha ido bien, porque no he tenido ningún accidente».
Rafaela, tiene una sonrisa que contagia y una mirada llena de esperanza que esconde bajo una gorra que la protege del sol; trabaja por su familia, tiene dos hijos adolescentes que la han visto luchar en las calles durante toda su vida.
Vivió violencia por parte de su pareja, pero ella al no querer que sus hijos vieran la manera en que la trataba y para evitarles una vida llena de agresiones se alejó y decidió salir adelante por su cuenta, y lo ha logrado.
Después de caminar y barrer varias horas, regresa a la base de operaciones para tirar la basura que acumuló y entregar su herramienta. Ahí, en la base platicamos con algunas de las compañeras de Rafaela, una de ellas dijo estar orgullosa de trabajar barriendo calles, pues sacó adelante a sus hijas que ahora son maestras.
Es muy cansado y pesado el trabajo de Rafaela, su mensaje es hecho con acciones, acciones de esmero y dedicación, ella invita a todas las mujeres a trabajar y echarles ganas, sin depender de alguien más para conseguir el sustento diario.
Y así es como Rafaela pone el ejemplo, haciendo una verdadera diferencia y abriendo espacios para las mujeres, ella se manifiesta a través de acciones significativas de entrega, dedicación y esfuerzo , lo hace todos los días y no sólo el Día de la Mujer. Su mayor galardón es, el que sus hijos sigan estudiando y tengan lo necesario para una vida plena y libre.
Agradecemos las facilidades otorgadas por la Dirección de Ecología y Aseo Público del H. Ayuntamiento de San Luis Potosí.
Seguiremos informando…