Historias como Hachiko (Siempre a tu lado), o Diario de una Pasión, han causado que muchos agarren la caja de pañuelos al menos una vez. Sin embargo, mucha gente cree que llorar durante las películas no es más que un signo de debilidad. Bueno, adivina qué, ¡ese pensamiento no podría estar más equivocado!
Paul J. Zak, neuroeconomista de la Universidad de Graduados de Claremont, realizó un estudio en el que afirma que quienes lloran durante las películas son más empáticos, saben cómo manejar mejor sus emociones y son más fuertes cuando enfrentan desafíos diarios.
1.Se dan cuenta de que estas historias son ficticias, pero no pueden mantener sus sentimientos dentro.
Zak dice que, cognitivamente hablando, aunque saben que la película no es real y la historia que ven en la pantalla es ficticia, es inevitable que lloren cuando vean una escena muy emotiva.
2.La oxitocina es la culpable.
Esta hormona actúa como un neurotransmisor y es responsable de lo que sentimos cuando presenciamos una escena conmovedora. Conectamos una historia, a un sentimiento y, más tarde, a una acción positiva. Es decir, esta hormona nos hace más empáticos y nos hace tener una actitud mucho más receptiva hacia el mundo, además de hacernos sentir más felices.
3.Estas personas no tienen miedo de expresar sus emociones.
Las personas que no se avergüenzan de llorar durante las películas son, de hecho, más resistentes mentalmente que las que intentan ocultar sus lágrimas. Eso es porque son lo suficientemente valientes como para expresar sus verdaderos sentimientos. No temen ser juzgados o criticados. Esto, según el propio Zak, también es un efecto de la oxitocina, ya que, al empatizar con quienes los rodean, los seres humanos no tienen miedo de defender lo que creen que es correcto.
4.El poder de las lágrimas.
Los hallazgos hechos por Zak también muestran que aquellos que lloran en las películas saben sobre el poder curativo de las lágrimas. El llanto nos hace conectarnos con otras personas, aprendemos a ver que hay circunstancias que pueden afectar positiva y negativamente a nuestro entorno, y que somos susceptibles a ello.
5.No huyen de las emociones.
Las personas que lloran durante las películas también suponen que es importante mantener una cierta perspectiva sobre lo que nos sucede, y que a veces es necesario tomarse un momento para llorar. Esto les permite lograr una mayor estabilidad emocional que aquellos que ocultan sus sentimientos.
6.No les importan los roles o expectativas de género.
Todos hemos escuchado el dicho: «Los niños grandes no lloran». La mayoría de los niños aprenden desde una edad temprana que llorar en público los hará parecer débiles. Sin embargo, esto no es más que una limitación sin sentido. Los niños y niñas, cuando son jóvenes, no difieren en cuánto lloran. Es una respuesta humana que no está relacionada con ningún género en particular, y que es conocida por aquellos que no tienen miedo de hacerlo abiertamente ,no teman ser juzgados.
7.Experimentan la vida plenamente.
La oxitocina está relacionada con la confiabilidad entre las personas. Aquellos que tienen más confianza en los demás, tienen altos niveles de este neurotransmisor en su cuerpo y, a menudo, forjan relaciones más profundas. Reconocen el valor de apreciar a quienes los rodean. También viven más plenamente que aquellos que tienen problemas de confianza y se sienten angustiados por las relaciones que establecen con los demás.
¿Qué películas te han hecho llorar? ¿Te da vergüenza llorar delante de la gente? Nos encantaría escuchar tu opinión en la sección de comentarios.
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