
En su mensaje de miércoles, el padre Jesús Priego, vocero de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, reiteró el llamado a quedarnos en casa para evitar el contagio del coronavirus. “Quedarse en casa es un compromiso de caridad cristiana” pues te cuidas tu y al prójimo, señaló el sacerdote.
Este no es un eslogan de promoción del gobierno, si no un llamado a procurar nuestra salud y de nuestros seres queridos, sobre todo los más vulnerables como los adultos mayores, mujeres embarazadas y los niños, señaló el padre Priego. Con esto se puede evitar que aumente exponencialmente los casos de Covid-19 y se sature el sistema de salud.
Pidió a quienes tengan que salir por trabajo mantener una sana distancia y seguir al ìe de la letra las recomendaciones que han hecho las autoridades de salud, con el fin principal de cuidar a la familia.
Reiteró que este es un tiempo extraordinario en que no es obligatorio acudir a los templos o hacer peregrinaciones; las actividades de oración y adoración de la Semana Santa pueden realizarse en casa, con la misma fe y devoción que lo harían en cualquier iglesia. Los viacrucis y demás eventos, pueden realizarse dentro de nuestros domicilios en familia.
Además de esto, el párroco ofreció una serie de consejos para que este tiempo de encierro en nuestras casas sea más llevadero. Entre ellos, realizar más actividades de familia y evitar enfrentamientos, agresiones o daños de cualquier índole; también mantener una rutina y cuidar nuestra salud física, mental y espiritual.
Con fe en Dios, el padre Jesús Priego señaló que, para cuando salgamos de esta pandemia y podamos decir que sobrevivimos a la más grande de nuestros tiempos, lo hagamos con una enseñanza; es un gran momento para aprender a afrontar crisis.
A nombre de la Arquidiócesis, también señaló que, de ser necesario, ellos podrían apoyar a las autoridades para atender a la población; aportarían lugares y las necesidades básicas de atención como alimentos y techo a los enfermos de Covid-19.
Finalmente, recordó que “no estamos solos y que, en estos momentos difíciles, contamos con la compañía y fortaleza de Dios, nuestro señor, como nos recordó el Papa en su bendición Urbi et Orbi, pues con dios la vida nunca muere”.