La enfermedad de Behcet es una condición crónica de difícil diagnóstico, caracterizada por múltiples episodios de vasculitis en cualquier parte del cuerpo. Esto origina manifestaciones clínicas diversas; en especial, úlceras mucocutáneas, dolor articular y trastornos neuropsiquiátricos.
El origen de la enfermedad es desconocido, aunque se piensa que es una combinación de mecanismos autoinmunitarios, genéticos y ambientales. De hecho, muchas de las lesiones mucocutáneas de este síndrome están relacionadas con infecciones por el virus del herpes simple y varias especies de Streptococcus.
La enfermedad de Behcet no tiene cura. El manejo médico de la misma consiste en prevenir las complicaciones y tratar las manifestaciones clínicas lo más pronto posible. Esto puede hacerse con fármacos tópicos o sistémicos.
Terapia tópica.
La aplicación de cremas, enjuagues bucales y gotas oculares permite disminuir los síntomas de la enfermedad, sin embargo, no son la cura de la misma.
Dentro de este grupo destacan los corticoesteroides, unos fármacos antiinflamatorios que también son usados en otras condiciones. De hecho, algunos de ellos se producen de forma natural en el organismo humano.
Terapia sistémica.
Esto incluye el uso de fármacos vía oral o endovenosa, dependiendo del contexto clínico. Los medicamentos utilizados son muy variados y la decisión final se basa en las manifestaciones que se estén presentando, según aclara un estudio de revisión científica.