Agosto es el mes de los hongos en México, conocido popularmente como «Hongosto». Durante este periodo, las condiciones climáticas, que incluyen lluvias frecuentes y temperaturas elevadas, favorecen la proliferación de diversas especies de hongos en el país. Este fenómeno no solo atrae a locales, sino también a turistas que buscan disfrutar de la rica biodiversidad micológica de México.
El incremento de la temperatura durante la canícula, que se presenta en agosto, es un factor clave para el crecimiento de los hongos. Estos organismos requieren un ambiente húmedo y cálido para fructificar, y las lluvias previas a este mes son esenciales para su desarrollo. Cuando las temperaturas superan los 37 grados Celsius, se produce un aumento significativo en la brotación de hongos, lo que permite su recolección y consumo.
Durante Hongosto, se pueden encontrar numerosas especies de hongos comestibles, que son parte integral de la dieta mexicana. La tradición «micófaga» del país refleja una larga historia de consumo de hongos, que se utilizan en una variedad de platillos típicos. Además, algunos hongos tienen propiedades medicinales, lo que aumenta su valor cultural y gastronómico.
El interés por los hongos con propiedades psicodélicas también ha crecido en México. A pesar de que su uso recreativo es ilegal, existe una oferta considerable de retiros y sesiones que promueven la ingesta de estos hongos como una forma de sanación emocional. Sin embargo, expertos advierten que el simple consumo no garantiza efectos positivos y puede ser contraproducente.
Hongosto no solo celebra la abundancia de hongos en México, sino que también resalta la conexión entre la cultura, la gastronomía y la biodiversidad del país. Este mes se convierte en una oportunidad para que tanto mexicanos como visitantes experimenten la riqueza natural y las tradiciones que rodean a estos fascinantes organismos.