La fatiga muscular es uno de los principales retos a enfrentar cuando te decides por realizar rutinas de ejercicio. Y esto es porque justo cuando menos práctica tenemos, es cuando mas se recalca la falta de resistencia, y es algo que nos golpea directamente en el ánimo. Garganta seca, respiración acelerada, los músculos que quieren desistir y no dar más es en conjunto lo que nos hace desistir.
La fatiga muscular de la que hablamos se presenta en apenas unos minutos de comenzadas las rutinas y es lo suficientemente incómodo como para llevarnos a desistir. Es por eso que te traemos estos consejos (que sin duda necesitabas con urgencia) para aprovechar completamente el tiempo que dedicas a tu entrenamiento, motivarte y hacer sostenible tu esfuerzo.
La fatiga es irremediable, una vez que esa sensación aparece en el cuerpo no hay nada que podamos hacer. Sin embargo, el secreto está en la prevención, en retardar el tiempo en el que se presenta y en ir ganándole terreno.
La clave esta en el ritmo
Solo tú sabes que intensidad le pones a un ejercicio. Si el deporte aún no es una rutina totalmente adoptada, te costará más trabajo mantener a raya la fatiga, y esa situación se puede modular si eres consciente de cuál es el ritmo que admite tu cuerpo. Vigila bordear el abismo de la fatiga, para no caer en ella, porque según crezca tu experiencia y forma física, esa frontera quedará cada vez más lejana, y podrás evitarla sin haber caído en ella.
Por otra parte, resulta muy beneficioso para tu salud “deportiva” que alternes un ejercicio muy intenso con otro más relajado. Un entrenamiento de crossfit o fitboxing estaría muy bien complementado con sesiones de natación o yoga. Esto ayuda a minimizar la fatiga, pues tu cuerpo aprende a adaptarse a distintas intensidades.
La cafeína y las bebidas energéticas son causantes de fatiga inevitable, porque aportan un pico de energía que se funde muy rápido cuando realizamos un esfuerzo muscular, y tras ese pico llega otro en caída insalvable, así que resulta contraproducente. Y de forma contraria, sí es muy beneficioso optar por remedios naturales para acelerar nuestra resistencia y recuperación, como el aceite de menta y el ginseng.
Descansa, de forma gradual
Al terminar de realizar tu ejercicio, no lo cortes de golpe, pues eso provocará una subida de fatiga incluso más intensa de la que ya pudiera experimentar. Luego del entrenamiento es muy positivo dedicar al menos cinco minutos a estirar, realizar ejercicios de respiración, caminar y tensionar-relajar los músculos.
Además, el acabar una sesión de entrenamiento con un masaje puede ser sumamente placentero y puede ayudar a minimizar los efectos de la fatiga muscular. Lo ideal sería contar con un profesional, sin embargo, en el día a día puedes hacerte un masaje con una pelota de tenis o con tus propias manos. También dedicar unos minutos a relajarte en la sauna puede ayudar a que tu respiración y músculos vuelvan a la realidad como nuevos.
Con información de : Hola MX.