La Comisión Europea presentó hoy una propuesta para que la Unión Europea adopte un ambicioso objetivo para el año 2040: un recorte «neto» del 90% en las emisiones de CO2 en comparación con los niveles de 1990. Este plan implica acciones en todas las áreas económicas y la descarbonización del sector energético para finales de la próxima década.
El Ejecutivo comunitario confía en lograr este recorte «neto» combinando la reducción directa de emisiones con la absorción de CO2 por parte de sumideros naturales como los bosques, así como mediante el despliegue de tecnologías como la captura y almacenamiento de dióxido de carbono.
La propuesta, que será parte del debate preelectoral y deberá ser aprobada por los Estados miembros y el Parlamento Europeo, suaviza ligeramente el nivel de ambición en comparación con versiones anteriores. Además, elimina referencias directas a los esfuerzos para el sector agrícola, coincidiendo con protestas agrarias en varios países miembros.
Wopke Hoekstra, comisario europeo de Acción Climática, destacó la importancia de esta iniciativa, afirmando que la inacción frente al cambio climático tendría un coste aún mayor para las próximas décadas.
Este objetivo del 90% sería fundamental para alinear a la UE con su compromiso de alcanzar la neutralidad climática para 2050, tras haber reducido sus emisiones en al menos un 55% para 2030.
Sin embargo, el nivel de ambición de la Comisión es menor al solicitado por el Consejo Asesor independiente, que ha instado a una reducción del 90 al 95%, así como a esfuerzos concretos en la agricultura y a poner fin a los subsidios a los combustibles fósiles.
La Comisión subraya que la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono tendrá beneficios económicos y sociales, como la reducción de muertes prematuras por mala calidad del aire. La propuesta también busca enviar señales claras al mercado y orientar las inversiones hacia tecnologías limpias.
En el documento, se invita al diálogo con la industria y especialmente con el sector agrícola, que ha expresado preocupaciones sobre los costos y márgenes bajos. La presidenta de la CE, Ursula Von der Leyen, anunció la retirada de una propuesta para reducir el uso de pesticidas químicos, como gesto hacia el sector agrícola.
En el ámbito energético, Bruselas apuesta por la descarbonización del sistema y por soluciones como las redes inteligentes y el almacenamiento de energía. También propone una hoja de ruta para la captura de CO2 y el desarrollo de reactores atómicos modulares.
Este anuncio abre el debate sobre la política climática europea y marca el rumbo hacia un futuro más sostenible en la región.
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