La Procesión del Silencio de San Luis Potosí, imponente y conmovedora, cerró los eventos de este viernes Santo ante miles de personas que, con solemnidad, vieron pasar a los cofrades, penitentes y al final, a Nuestra Señora de la Soledad, madre de Jesús crucificado.
Desde aproximadamente el año de 1966, la asociación Tradiciones Potosinas, se ha hecho cargo de esta magna actividad, y en esta ocasión, en su 71 edición, la Procesión del Silencio llenó de fe y devoción las calles del Centro Histórico de San Luis Potosí en la ruta procesional que ya forma parte del patrimonio de la humanidad y que se ha ganado el reconocimiento como la segunda Procesión del Silencio más importante del mundo, sólo superada por la que se lleva a cabo en Sevilla, España.
En punto de las 20:00 horas de este 29 de marzo, más de dos mil devotos que conforman las 28 cofradías, así como de la Guardia Pretoriana y la Comisión del Orden, realizaron esta actividad religiosa en la que ponen a prueba su fe, puesto que realizar este recorrido por las principales calles del Centro Histórico, con salida y meta en el templo de Nuestra Señora del Carmen, no es una tarea sencilla, ya que las imágenes y esculturas que superan con facilidad los cien kilos. Además de que las deben cargar y custodiar todo el recorrido que supone una caminata lenta de más de dos horas.
Finalmente, iluminada por la luz de las velas y con su dolor a cuestas, la Virgen de la Soledad, que es la última imagen que aparece en la procesión y que muestra a una dolorosa Virgen María, atravesada por la espada del dolo de haber visto a su hijo morir, para mitigar su luto es acompañada por miles de almas llenas de fe y devoción.
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