Katalin Novak renunció la tarde de este sábado a la presidencia de Hungría, después de haber indultado recientemente a una persona implicada en abusos sexuales a niños. La polémica decisión desencadenó una serie de eventos que llevaron al retiro de la vida pública de Judit Varga, exministra de Justicia, y desató protestas y dimisiones en el círculo presidencial.
El escándalo comenzó con el indulto otorgado por Novak en abril de 2023 a un antiguo subdirector de un hogar para menores, condenado por encubrir los abusos sexuales del director a niños y adolescentes en el establecimiento. La oposición había pedido la dimisión de Novak desde que se reveló la medida la semana pasada.
Ante la presión, manifestantes se congregaron frente al palacio presidencial y tres asesores renunciaron. Novak, que se encontraba en Catar para asistir a un evento deportivo, adelantó su regreso y al aterrizar en Budapest anunció su dimisión, admitiendo haber cometido un error.
«El indulto concedido y la falta de explicaciones pudieron suscitar dudas sobre la tolerancia cero con la pederastia. Pero no puede haber dudas sobre este tema», declaró Novak, de 46 años, pidiendo disculpas a quienes pudo haber dañado y a todas las víctimas.
Novak, la primera mujer presidenta de Hungría, fue nombrada la mujer más influyente de la vida pública húngara por la revista Forbes. Su renuncia deja un paisaje político más masculino, ya que desde mediados de 2023 no hay mujeres en el gabinete de Orban, compuesto por 16 hombres.
La expresidenta, que ha ocupado diversos cargos en el gobierno desde 2010, incluyendo la cartera ministerial, ha sido una figura controvertida, promoviendo políticas pronatalistas para frenar el declive demográfico del país, rechazando la inmigración y el reemplazo de población.
El presidente del Parlamento, Laszlo Kover, asumirá provisionalmente el cargo de presidenta mientras se busca un reemplazo permanente para Novak.
