La ceremonia, celebrada en el majestuoso Palacio de Bellas Artes, fue un homenaje a la excelencia artística y cultural de México. Presidida por la Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, en representación del presidente Andrés Manuel López Obrador, y la Secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero, el evento reunió a destacados artistas y personalidades del ámbito cultural.
En el presídium se encontraban los distinguidos galardonados: la aclamada escritora Beatriz Espejo, el renombrado compositor Guillermo Velázquez Benavides, y el talentoso director y dramaturgo Claudio Valdés Kuri. Cada uno de ellos ha dejado una huella imborrable en sus respectivas disciplinas, enriqueciendo el patrimonio cultural de México.
La atmósfera se impregnó con la emotiva música de los Leones de la Sierra de Xichú, liderados por Velázquez, quienes dieron inicio a la ceremonia con sus melodías tradicionales. Las palabras de Alejandra Frausto resaltaron la importancia de este encuentro, enfatizando la necesidad de reconocer y valorar el talento artístico de nuestro país. Espejo, Valdés Kuri y Velázquez recibieron con orgullo las medallas y diplomas que simbolizan su excepcional contribución a la cultura mexicana.
En sus discursos de agradecimiento, los galardonados compartieron reflexiones profundas y emotivas. Espejo, a pesar de los desafíos de salud, expresó su gratitud y su compromiso con el arte y la cultura. Valdés Kuri reflexionó sobre el significado del reconocimiento, destacando la importancia del crecimiento espiritual y la evolución personal. Por su parte, Valenzuela hizo un llamado a la conciencia social, lamentando la violencia que afecta a la juventud y citando la sabiduría de François Rabelais.
Velázquez, humilde y sincero, rechazó cualquier halago hacia su persona y reafirmó su dedicación a su arte. Su discurso concluyó con un vibrante «¡Viva México!», que resonó en todo el recinto.
La ceremonia culminó con la música y la alegría, con los Leones de la Sierra de Xichú entonando lo mejor de la tradición musical mexicana. Entre las butacas, algunos asistentes se levantaron para unirse a la danza, celebrando la riqueza y diversidad de nuestra cultura.
En la terraza, mientras el sol se despedía en el horizonte, los galardonados brindaron con un cóctel, compartiendo momentos de camaradería y gratitud por el reconocimiento recibido. Que este sea solo el comienzo de nuevas inspiraciones y logros en el vibrante panorama cultural de México. ¡Viva la música, la poesía y el arte mexicano!
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