Potosinos no pierden la fe de encontrar a familiares desaparecidos, con mucha esperanza este 30 de agosto salieron a las calles para visibilizar este problema en el Día de la Desaparición Forzada.
En los municipios de Tamuín, Valles, San Luis Potosí, Matehuala, Rioverde y Tamazunchale, las familias que sufren esta problemática se dedicaron a entregar volantes, fichas de búsqueda, y emitir pronunciamientos para pedirle a la sociedad más solidaridad y unión, así como a las autoridades más empatía y eficientizar su trabajo.
Integrantes del colectivo «Voz y dignidad por los Nuestros» señalaron que como sociedad algo estamos haciendo mal porque en vez de disminuir va en aumento, «es imposible que las autoridades tengan la capacidad y los recursos todo lo necesario para lo grande que esta esto. Creo que debemos sensibilizarnos porque la sociedad debe de ver lo que esta pasando. los valores están completamente perdidos, porque esto de desaparecerlo quiebras a toda una familia», apuntó la señora Yolanda N.
Tamuín actualmente es un foco rojo pues en casi un año hay más de 50 desaparecidos, en su mayoría hombres, algunos casos relacionados con el crimen organizado.
Otras voces mencionaron que «No hay necesidad de que las familias se encadenaran a las puertas de la Fiscalía si alguien saliera ha hacer bien su trabajo, incluso no existirían los colectivos. Lo poco que se ha hecho como el Banco de ADN y las tomas que se hicieron no han servido de nada porque no hay protocolos de búsqueda y toma de muestras, no hay tecnología y muchos insumos que no se consiguen aquí, y esto es batallar mucho más…».
El padre de Felipe Viggiano quería ser Ingeniero y tenía muchos sueños por cumplir, era deportista y un chico buena onda, cariños son sus padres, buen amigo y su cuarto su hogar los siguen esperando, sus papás sueñan con su regreso.
El desapareció en el 2012, en el trayecto de Tampico a Ciudad Valles, y a pesar de las búsquedas no han encontrado indicios de su hijo Siguen prácticamente igual.
«Hay dolor, melancolía, todo sentimos nosotros, hemos vivido muy difícil, con heridas que se abren cada vez que estos eventos se realizan, hay ilusión de volverlo a ver, de olerlo, sentir su cabello. A todo México nos agarró desprevenido falto de dependencias para este tipo de búsqueda nos negaban todo protocolo, ahorita ha mejorado un poco, y tal vez por miedo de la gente de represalias no denuncia y no se une a los colectivos…».
Una madre buscadora no conoce límites, ni fronteras, conocen la desesperación y la tristeza, así vive la señora Teodora Rodríguez, quién con lágrimas en los ojos dijo que siempre lo recuerda desde que amanece hasta que el sueño la vence.
«Mi hijo Gerardo Uribe desapareció el 7 de noviembre del 2012 en el Mante, Tamaulipas. el tenía 30, iba con su patrón a trabajar, los agarraron a los dos y desde entonces no sabemos nada de él. Andamos en el Monte, en el campo en el sol no encontramos nada. Dejó una niña de apenas dos años ella ahora tiene 13, no recuerda nada de él. Yo quisiera encontrar algo de él, aunque sea un huesito pero yo tengo la esperanza de que siga con vida. En mi casa siempre habrá una silla vacía, ya no es lo mismo… nunca será lo mismo… nunca pensé que nos fuera a pasar esto, el era una persona buena y trabajadora. A esa gente que no se tienta el corazón, les diría que ya paren eso porque ahorita fueron nuestros hijos, porque tanta familia que hay así, no dejan de desaparecer personas…».
En la capital del estado madres buscadoras llegaron hasta la plaza de armas donde las pugnas por un mejor trato para las familias y más empatía de parte de las autoridades, resonaban entre voces quebradas por el llanto.
«Es mucho el dolor no hay palabras para describir lo que sentimos, cuesta mucho se gasta demasiado en las búsquedas, no alcanza, si tan solo el gobernador nos ayudará… Hay mucho dolor mucha impotencia, veo las noticias y dicen que esto ya bajo y no es cierto…»
«La desaparición de una persona te quita todo, es muy doloroso, te deja muerta en vida, te quita las ganas de salir, tus fuerzas es agotador y no hay paz… no hay nada en casa, todo es triste…»
«Mi esposo desapareció el jueves, el viernes hicimos la manifestación y nos quitaron con promesas de que el Fiscal nos iba a atender y no los hizo, nos dio la cita para el lunes, nos llevaron a una búsqueda en vez de la reunión, se quedo el abogado y el hermano de mi esposo pero el Fiscal nunca llegó, el sábado nos atendió pero porque hicimos una manifestación en la FENAPO, colgamos lonas, repartimos volantes…»
Así es como los testimonios se van escuchando, resuenan los sollozos, la tristeza se siente en el aire, una mano que intenta disimuladamente limpiar una lágrima que cae, las mujeres intentando ser valientes y sacar su voz más fuerte, para no ser ignoradas para que las sigan escuchando…
Prevalece en cada lugar por donde pasan las madres, padres, esposas buscadoras un sentimiento difícil de describir es tristeza, un destelló de fe, un corazón roto, una esperanza que no muere… Un abrazo es la parte final de este peregrinar…
Seguiremos informando.
