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¡Po’s de la vista andas a toda madre!

Hay seres humanos que llegaron a la tierra tocados por el ángel de la vida, que saben desarrollar sus dones y generosamente tienen el talento de multiplicar los haberes y saberes que les provee la existencia. Son un ejemplo de éxito pa’ contarse y presumirse.

Y es que tienen la inteligencia de que la tarea que realizan, sea una historia que trasciende los entretelones del tiempo. Uno de estos hombres es el creador del psicoanálisis, Sigmund Freud, quien afirmaba que “En la historia del ser humano han existido tres grandes humillaciones:

1. El descubrimiento de Galileo Galilei, de que no somos el centro del Universo;

2. El descubrimiento de Charles Darwin, de que no somos la corona de la creación, y

3. Su propio descubrimiento de que no controlamos nuestra mente.”1

El viejo Filósofo hace uso de la imaginería, para a través de la metáfora, las historias, los cuentos y el humor, invitarte a ti apreciable lector, para que explores, reconozcas y te maravilles con los ilimitados medios y el patrimonio inagotable que el poder de la mente tiene a tu disposición.

Henry Ford afirmaba con meridiana sabiduría: “Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes… ¡estás en lo cierto!”, porque “si lo puedes creer… lo puedes crear”.

Cuando entiendas que tu vida se desarrolla en torno a lo que piensas y tienes el poder de accesar a la fuerza, al encantamiento inacabable de tu mente, como por arte de magia se revelan ante ti los milagros y te llega la armonía con la vida, por ende con el universo y por añadidura, alcanzas el desarrollo de capacidades, habilidades y aptitudes, que hasta entonces permanecían ocultas, siendo capaz de crear un sentido a tu existencia espectacular. Si lo tienes en la mente… ¡dalo por hecho en tu vida!

Muchas veces es la sociedad la que pone las discapacidades, los frenos, las bardas, que si lo unes al descontento contigo mismo, el resultado es la enfermedad y el fracaso. Pero si tu mente y corazón, que diariamente te recuerdan que “eres parte de lo divino que ha bajado hasta lo humano”, te llevan a amarte, a creer en ti mismo, a visualizarte feliz y exitoso con todo el poder de la divinidad interior que anida en tu mente, te sorprenderás, porque te darás el permiso de ir “mar adentro”, rompiendo viejos paradigmas y rebasando tus propios límites mentales.

Para mi maestro Carlos Ricardo Esteve Gutiérrez, en el Seminario de Personalidad y Muerte, impartido en el Instituto Mexicano de Psicooncología, en el estudio de la mente y desde el plano psicoanalítico cualquier conducta puede ser tipificada, por ejemplo: “si llegas antes… eres obsesivo; si llegas a tiempo… eres compulsivo; si llegas después… eres antisocial y más, si no llegas… eres un ente solitario.”

Eso, en frase del viejo Filósofo sería: “En política el que baila bien es payaso… ¡el que baila mal es ’endejo!”, es decir, nunca quedas bien con todos, así que dedícate a quedar bien contigo, a ser tú mismo, a ser feliz con lo que eres y tienes, potencializando el poder que la mente tiene a tu disposición.

El ser humano vive en un porcentaje alto en la frecuencia de pensamientos catastróficos o negativos, en el “no se puede”, “lo mejor no es para mí”, “a lo mejor no…”, recuerda que el cambio inicia en tu interior, desde tu mente −que “es la depositaria de la fuerza del alma”−, y que pensamientos positivos atraen exaltadas vibraciones en tu beneficio; en la vida lo positivo atrae a lo positivo.

A partir de ahora, cada nuevo amanecer siente la alegría que proviene de la confianza absoluta en ti mismo, DATE PERMISO DE… aprender a generar lo mejor para tu vida… ¡Te sorprenderás con los resultados!

Hay un viejo pensamiento que dice que “los siete pasos para tu felicidad son muy sencillos: Piensa menos… siente más. Habla menos… escucha más. Juzga menos… acepta más. Mira menos… haz más. Quéjate menos… aprecia más. Teme menos… ama más. Frunce el ceño menos y… sonríe más.”

Lo de sonreír me recuerda aquella mujer que mirándose al espejo le dice a su “viejo”, quien plácidamente leía el periódico:

Me siento una mujer fea. Mi pelo está quebrado y seco, tengo patas de gallo en los ojos, acentuadas arrugas en la cara, una papada impresionante, también un abultado abdomen, mucha celulitis en brazos y piernas, no tengo nalgas, tengo las piernas chuecas, luzco deteriorada y gorda… ¡Viejooo, dime algo bueno!

El esposo, dejando de ver el periódico, voltea, la mira y le responde:

¡PO’S DE LA VISTA ANDAS A TODA MADRE!

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