¿Congestión nasal, dolor de garganta y malestar general en pleno calor? Si te sientes identificado, no estás solo. Muchas personas experimentan síntomas de resfriado durante la temporada de calor, y la razón no es tan simple como parece. ¿El culpable? Una combinación de factores que van más allá del simple aumento de temperatura. A continuación te explicamos las causas.
Aunque parezca extraño, el resfriado común también aparece en calor. Sin embargo, expertos aseguran que sus efectos no son más intensos en esta estación, sino que la percepción de gravedad es mayor porque es menos frecuente y nos toma por sorpresa en un periodo asociado al descanso y la actividad al aire libre.
Ronald Eccles, profesor emérito de la Universidad de Cardiff, junto a un estudio publicado en Health Psychology, explican que cuando estamos enfermos y no podemos seguir el ritmo habitual, como en vacaciones, los síntomas se sienten más intensos. Esto se debe al impacto psicológico de perder tiempo de ocio o compartir con familia y amigos.
El otoño, en cambio, es la época más común de resfriados y gripe, ya que los virus sobreviven mejor en temperaturas bajas. En verano, aunque menos habitual, al menos el 20% de los catarros ocurren, y el principal motivo son los cambios bruscos de temperatura provocados por el mal uso del aire acondicionado.
Los rinovirus son los principales causantes del resfriado común, pero en verano, de acuerdo con los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), los enterovirus toman protagonismo. Estos pueden causar síntomas como fiebre repentina, dolor de garganta, dolor de cabeza e incluso problemas gastrointestinales como náuseas o vómitos.
El uso excesivo del aire acondicionado, los cambios bruscos de temperatura y el estrés son factores que debilitan el sistema inmunológico, haciendo a las personas más vulnerables.
Diferenciar entre resfriado y gripe es fundamental. La gripe suele presentarse con fiebre alta, dolores musculares y fatiga intensa, mientras que el resfriado tiene un inicio más gradual y síntomas más leves.
Para prevenir la “gripe de verano”, se recomienda mantener el aire acondicionado a no menos de 20 °C, evitar contrastes de temperatura superiores a 10 °C y mantener una adecuada hidratación y nutrición. En caso de enfermarse, el descanso, los líquidos y una dieta rica en vitaminas y minerales serán claves para una recuperación rápida.
Seguiremos informando.
