Seguramente alguna vez te ha pasado estar en una situación que te genera mucha ira y enojo, y aun después de que esto haya terminado te sigues sintiendo enojado y con poca paciencia, por lo tanto, no eres la persona más adorable, ni mucho menos la que más tolerancia posee en ese momento, y muchas veces, sin querer, esto nos provoca mal entendidos con personas totalmente ajenas a lo que provocó nuestro enojo.
Llegamos a herir con nuestras palabras o acciones a las personas que no han tenido nada que ver para que nosotros estemos experimentando esas emociones poco agradables, lo que solo genera más conflicto y no alguna especie de “liberación emocional”.
Y aunque esto pueda ser algo totalmente inconsciente o consciente, la realidad es que a todos en algún momento nos pasa, pero como siempre, podemos encontrar una manera de gestionar aquellas emociones que, de lo contrario, nos generan más conflicto e intranquilidad.
Pero antes, entendamos por qué solemos desquitarnos con otras personas cuando estamos enojados:
- Transferencia emocional: Transferimos nuestras emociones negativas a alguien más, como una forma de aliviar nuestra tensión interna.
- Desequilibrio emocional: Nuestro estado emocional interno está desequilibrado, lo que nos hace más propensos a reaccionar de manera exagerada o inapropiada.
- Falta de regulación emocional: No somos capaces de regular nuestras emociones de manera efectiva, lo que lleva a una explosión de irritabilidad.
- Estrés y sobrecarga: Estamos sobrecargados con estrés, ansiedad o responsabilidades, lo que nos hace más propensos a desquitarnos con otros.
- Modelos de comportamiento: Aprendemos patrones de comportamiento de nuestras experiencias pasadas, familiares o sociales, que pueden incluir desquitarnos con otros.
- Necesidad de control: Sentimos que no tenemos control sobre nuestra situación o emociones, por lo que intentamos controlar a otros mediante nuestra irritabilidad.
- Falta de conciencia emocional: No somos conscientes de nuestras emociones o no las reconocemos, lo que nos lleva a reaccionar de manera automática.
- Influencia de factores externos: Factores como el entorno, la cultura, los medios de comunicación o las redes sociales pueden influir en nuestro comportamiento y emociones.
Sin embargo, siempre podemos trabajar para evitar desquitarnos con otras personas, y para esto es importante considerar lo siguiente:
- Reconocer y aceptar nuestras emociones.
- Practicar la regulación emocional (respiración, meditación, ejercicio).
- Establecer límites saludables.
- Comunicarnos de manera efectiva.
- Buscar apoyo emocional (amigos, familia, terapia).
- Practicar la empatía y comprensión hacia los demás.
- Aprender a manejar el estrés y la ansiedad.
Recuerda que la irritabilidad es un estado temporal, y que podemos aprender a manejarla de manera saludable.
Estefanía López Paulín
Contacto: psc.estefanialopez@outlook.com
Número: 4881154435