La tensión en Xilitla alcanzó su punto más crítico luego de que habitantes de la Sierra y el Bosque de Niebla retuvieran al presidente municipal, Óscar Márquez Plascencia, en protesta por la falta de respuesta y apoyo ante el incendio forestal que desde hace una semana arrasa la región.
Los pobladores, visiblemente molestos, interceptaron al edil durante una visita a la zona siniestrada, en la que pretendía mostrar acciones de respaldo. Sin embargo, la comunidad le recriminó duramente su inacción, falta de recursos y abandono durante los días más intensos del fuego. El presidente municipal fue confrontado con gritos, insultos y reclamos, y tuvo que resguardarse para evitar un conflicto mayor, mientras los ánimos entre los pobladores se encendían aún más.
Las quejas van desde la ausencia de personal capacitado, hasta la inexistencia de equipo adecuado para combatir el fuego. Según testimonios, han sido los propios habitantes quienes, sin protección ni apoyo, han intentado controlar las llamas usando palas, cubetas y machetes, mientras las autoridades llegaron tarde y sin un plan claro de respuesta.
La molestia se agravó por la percepción de que las autoridades estatales y federales han priorizado la imagen y la propaganda por encima de soluciones reales. La llegada tardía de unos pocos helicópteros resultó insuficiente ante un desastre que pudo haberse contenido si se hubieran tomado medidas urgentes desde el principio.
Para la comunidad, la situación no solo representa una catástrofe ambiental, sino una muestra más del abandono sistemático en el que se encuentra la región. La retención del alcalde fue una expresión desesperada de un pueblo que siente que ha sido dejado solo en medio del fuego.
Xilitla, hoy, no solo enfrenta la pérdida de hectáreas de bosque, sino también una profunda crisis de confianza en sus autoridades. La población exige respuestas inmediatas y acciones concretas, no más promesas vacías.
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