Los estragos del cambio climático y las altas temperaturas continúan extendiéndose por todo el mundo y así como en el 2022 vimos que a causa de las extremas sequías que tuvieron lugar en Europa , durante el verano muchos de sus monumentos perdidos en el mar lograron salir a la superficie. Desgraciadamente ahora es el turno de México, que a causa de la tercera ola de calor, El Niño y con la llegada de la Canícula, la sequía en el país comienza agravarse más.
Con estos antecedentes, pudimos ver que hace unas semanas la iglesia de Quechula, en Chiapas, que se mantuvo sumergida por el río Grijalva durante más de 30 años, por fin salió a superficie y esto no es para nada una buena noticia o algo de lo que nos tengamos que alegrar, es la prueba evidente de las afectaciones que las altas temperaturas están provocando en nuestro territorio.
Años después de ser abandonada esta iglesia comenzó a ser absorbida por el río Grijalva, el cual se había desbordado y dejó a la construcción en las profundidades acuíferas. Pero, cuando se construyó la presa de Malpaso en 1996, la nueva distribución del agua permitió ver el esqueleto de la iglesia, lo que causó el asombro de los habitantes y turistas, quienes llegaban a visitar la iglesia en lancha y exploraban sus rincones, una actividad muy espectacular, pero con el paso de los años el nivel de agua fue bajando poco a poco, hasta que en el 2015 comenzó a hacerse más evidente el problema del agua, ya que la iglesia cada vez estaba más en la superficie, hecho que durante este año tuvo su triste final cuando durante las últimas semanas el agua fue consumiéndose hasta quedar en total desertidad.
Ahora se puede visitar la iglesia sin necesidad de cruzar el río, una postal alarmante que nos regala el cambio climático. Pescadores de la zona se notan preocupados, ya que si el agua sigue bajando sumaremos un río más que se extingue en el país.
Seguiremos informando.