La Cámara Baja celebró este miércoles una sesión histórica, de más de 8 horas, para someter a votación si se abría o no un juicio político en el Senado para el mandatario estadounidense por presiones a Ucrania.
En la votación por el primer cargo, abuso de poder, la Cámara de Representantes aprobó el Juicio Político al Presidente por 230 votos a favor y 197 en contra. Dos Congresistas demócratas votaron en contra de la resolución y uno se abstuvo, en tanto que los republicanos fueron unánimes en su rechazo.
En cuanto al segundo cargo, de obstrucción de las labores del Congreso, la votación fue 229 a favor y 198 en contra, con una sola abstención por parte del demócrata Tulsi Gabbard.
Donald Trump se convirtió en el tercer presidente estadounidense en ser llevado a juicio político por el voto de mayoría de los congresistas del Partido Demócrata, quienes respaldaron la resolución del Comité Judicial respecto a su responsabilidad en conductas ilegales. Por su parte, todos los representantes del Partido Republicano votaron en contra.
Durante el debate, los demócratas se concentraron en destacar los delitos atribuidos a Trump, al considerar que el juicio político, o impeachment, es una medida efectiva para demostrar que el presidente debe tener respeto por la ley.
Por su parte, los republicanos consideraron que las acusaciones obedecen a un montaje motivado por la frustración de los líderes del Partido Demócrata, quienes no cuentan con los recursos suficientes para competir con Trump en la elección presidencial de 2020.
Las investigaciones se abrieron luego de que un denunciante anónimo del gobierno reportara como inapropiada una conversación telefónica entre Trump y Volodimir Zelensky, presidente ucraniano. En la llamada, el estadounidense le pidió “un favor”: que investigue a Hunter Biden, el hijo del ex vicepresidente y precandidato Joe Biden, por su trabajo con la compañía de gas ucraniana Burisma. En ese momento, EEUU tenía en suspenso una asistencia militar de casi USD 400 millones. Cuando Trump se enteró de la denuncia, liberó el dinero.
Biden es el principal aspirante del Partido Demócrata a la elección presidencial de 2020 y pese a haber fungido como vicepresidente de Barack Obama durante sus dos periodos en la Casa Blanca, diversas encuestas lo ubican aún muy por debajo de los niveles de popularidad de Trump.
En el primero de los cargos se acusa a Trump de anteponer sus preocupaciones políticas al interés nacional; y en el segundo por obstruir los intentos del Congreso de investigación, según el acta de nueve páginas publicada por el Comité Judicial de la Cámara de Representantes.
Los demócratas habían analizado la idea de acusar a Trump también por cargos de soborno, obstrucción de la justicia e incluso traición, pero analistas consideraron que eso podría politizar demasiado el debate y requerir evidencias de mayor peso. Por ello, optaron por enfocarse en los dos artículos más directos y con mayores pruebas contra el presidente, complicando la tarea de la defensa.
Trump, por su parte, ha mantenido siempre su inocencia. El Presidente se mantuvo activo en sus redes sociales durante buena parte del día, replicando mensajes que apoyaban su inocencia y publicando otros propios: “¡Mentiras atroces por parte de los demócratas! Son izquierdistas radicales y vagos. ¡Esto representa un asalto contra los Estados Unidos y contra el partido republicano!», expresó Trump, que se ha mostrado abierto a comparecer frente al Senado, donde enfrentaría un ambiente más cordial que en la Cámara Baja.
El Presidente ha apuntado en particular contra la líder del partido demócrata en la Cámara Baja, Nancy Pelosi. El martes publicó una dura carta donde la acusó de “minar la democracia” del país con el proceso en su contra.
“Ustedes son los que interfieren con las elecciones estadounidenses. Ustedes subvierten la democracia. Ustedes obstruyen la Justicia. Ustedes le traen dolor y sufrimiento a la República por su beneficio personal y partidario”, expresó en un párrafo, ilustrativo del sentimiento que dominó la carta.
Pelosi, por su parte, expresó al dar inicio al debate en la Cámara Baja que “el Presidente es una amenaza constante a nuestra seguridad nacional”.
Si la Cámara Baja vota a favor de destituir a Trump (posiblemente la próxima semana), el presidente estadounidense se convertiría en el tercer mandatario en ser sometido a un juicio político. Los anteriores fueron Andrew Johnson, en 1868, y Bill Clinton en 1998. En 1974, Richard Nixon, ante la cierta posibilidad de ser destituido como consecuencia del escándalo de espionaje conocido como “Watergate”, renunció antes de enfrentar el proceso. Nixon había sido acusado de tres crímenes, dos de los cuales fueron abuso de poder y obstrucción del Congreso.