Con un completo descaro y buscando hasta la menor de las excusas para someter a la ciudadanía, en las últimas semanas se ha visto a los pocos policías municipales que tiene la capital potosina extorsionando a ciudadanos a diestra y siniestra, pidiendo pa’l chesco o que se pongan la del Puebla porque ya hace hambre y pues, luchando contra los delincuentes, los polis se malpasan.
De acuerdo con las versiones de infinidad de automovilistas y motociclistas, los agentes prefieren las avenidas más desoladas para atacar, confiados de que no habrá quién les impida proceder a su antojo, sin embargo, también se les ha visto en vialidades populares como Industrias, Salvador Nava y el Río Españita.
Quienes han tenido la mala suerte de toparse con los municipales, detallan que, en sus patrullas o motocicletas, los uniformados primero los siguen, como esperando que violenten el reglamento de tránsito, pero al ver que no hay nada que sancionar por esa vía, proceden a detenerlos para «hacer una revisión de rutina» a pesar de que este tipo de procedimientos se encuentran prohibidos por violentar los derechos humanos y las garantías individuales de los ciudadanos.
Los tránsitos interrogan al conductor, le piden que se identifique, le solicitan los documentos, revisan las luces por si alguna fallara, revisan las placas, el número de serie y hasta el del motor, pero cuando ven que no hay nada, intentan responsabilizar al conductor de haber excedido los límites de velocidad, de haber dado una vuelta prohibida, de pasarse un semáforo, de lo que se les ocurra, el punto es sacar un billetito a como dé lugar. Algunos ciudadanos aseguran que, incluso, los propios policías les han robado sus documentos para luego sancionarlos por no traer licencia.
El cuestionable actuar de los policías municipales se ha vuelto más frecuente en los últimos meses, incluso en zonas como Periférico, Río Santiago y Carretera 57, donde ni siquiera tienen facultad para actuar, además de que siguen reteniendo documentos o placas, aunque ya está prohibido tras una reciente reforma del Congreso del Estado.
Cabe recordar que, en reiteradas ocasiones, diversos grupos de policías han levantado la voz para denunciar la exigencia por parte de sus superiores, entre ellos Filemón Juárez Santana, Edgar Jiménez Arcadia y el propio Xavier Nava, para que, diariamente, les entreguen una cuota determinada, resultado de moches, mordidas e infracciones que deben imponer a cualquier costa a la ciudadanía.