
Sin duda irradia juventud y con ello nuevos bríos, para la iglesia católica, la llegada del nuevo Obispo, Monseñor Roberto Yenny Garcia, a la Diócesis de Valles.
Arribo al salón Misión, muy sonriente siguió todo el protocolo de sanitización, proceso que fue captado por las cámaras de todos los presentes, algo sonrojado, dio sus primer saludo y esperando a que llegará el Nuncio Apostólico, riendo comentó que «No sé si gustan aprovechamos el tiempo y me dicen sus nombres, así informalmente, socializamos, que les parece…esta rico el calor, aunque en Tampico no cantamos mal las rancheras [risas]…».
Sus primeras palabras fueron que: «la alegría de la gente se empalma con su alegría de llegar a este lugar a servir, un gusto mutuo»; aceptó que desde hace tres día tenía sentimientos encontrados de felicidad y nervios, por aceptar este nuevo reto, una nueva etapa, donde aseguró dará todo lo mejor de si.
Dijo que por el momento no contempla cambio en el organigrama actual de las parroquias, «iré conociendo la realidad de esta diócesis, las necesidades, la esperanza, y expectativas, al pasar de los meses ir percibiendo o detectando algunas sugerencias o cambios que se pudieran sugerir, se irían dando poco a poco…».
Monseñor Roberto Yenny García, tiene 48 años y al ser uno de los Obispos más jóvenes, llama la atención el ¿Cómo habrá de trabajar para que la juventud que los caracteriza, pueda permear en la vida de iglesia católica?.
«Y como me siento respecto a eso, pues desafiado en el buen sentido, de dar lo mejor, yo confió en que la preparación que me dio mi seminario, confió también en que la elección que se hizo de mi persona, fue por que se consideró adecuando y en el camino iré aprendiendo nuevas cosas y nuevos ámbitos, y espero también que la relativa juventud que tengo pues aporte a la iglesia de Ciudad Valles y del episcopado en general…».
La iglesia católica en todo el mundo, ha sido de las instituciones más golpeadas por diversas circunstancias, por ello se debe trabajar para recobrar la confianza de la sociedad, y en su caso aseguró que la «Honestidad y la Humildad», son los medios específicos para aminorar esta brecha que se ha abierto entre la feligresía.
«La iglesia en todo el mundo, por las circunstancias que estamos viviendo, y lo que menciona a veces esa la perdida de credibilidad en algunos temas, zonas o momentos, necesita seguir viéndose a si misma y revisando su ser, su autenticó ser, yo creo que es algo que nos esta ayudando hacer mucho el Papa Francisco, que el reconocer nuestras vulnerabilidades, que no somos una sociedad perfecta, no es una imagen de una iglesia que nunca se va a equivocar, sino una iglesia que esta en camino, que tiene que reconocer que no lo sabe todo, que tiene un gran tesoro que es el evangelio, tiene toda una tradición y que en el momento de compartirla con las comunidades tiene que hacerlo con prudencia, con sabiduría con misericordia, porque la iglesia se sabe que también tiene sus propios errores…».
Aseguró que junto a la Diócesis, sacerdotes, laicos y religiosas, deberán reflexionar sobre nuestros ser como Iglesia y a partir de ahí recuperar el verdadero sentido para lo que Dios quiere para su iglesia en este mundo y lo vivan plenamente y con toda transparencia, para ir recuperando la confianza de las personas.
Ser nombrado Obispo en tiempos de una pandemia mundial
A nivel nacional su nombramiento como nuevo Obispo, es la primera que se da durante esta contingencia sanitaria, en que el mundo es azotado por una pandemia mundial, que ha llevado a las personas a guardarse por completo.
Incluso, podría ser el primero nombramiento oficial que da el Papa Francisco en todo el mundo; para Monseñor Roberto Yenny García, tomar las riendas de una diócesis es algo inédito y significa empezar con todo este contexto de cuidar a las personas, inclusive cuidarse a si mismo, y de llevar cierto orden y disciplina, de acuerdo con las recomendaciones del sector salud.
«Que toda la incursión que hecho de la iglesia con los medios de comunicación mantenerlo, conservarlo, y lo veo con la esperanza de salir adelante todo los seres humanos, que la iglesia vuelva a tener en sus templos a todas las personas que en estos meses no han podido asistir, y que lo hagamos de manera cada vez segura ya como una costumbre…».
Platicó que de niño, cuando estudiaba secundaria era monaguillo, ahí conoció a muchos sacerdotes y se emocionaba ver el ritmo de trabajo de los sacerdotes, como ayudaban a la gente, y fue cuando recibió el acompañamiento para entrar al seminario a estudiar la preparatoria, comprendió, al paso de los años, le va dando la certeza de que es un llamado de Dios.
«Y va uno viendo que tan capaz es de responder a una vocación como está, 10 años de formación fuero los que me ayudaron a discernir y descubrir, y a dar un si definitivo hace 24 años, y si es un reto muy grande…».
Aseguró que quiere aprender a hablar las lenguas maternas de la zona, tének, nahuatl, y xiu’i, para dialogar con todas las personas de las comunidades, para conocer la cultura y mentalidad, saber como viven su fe y como son sus raíces.
Finalmente, agradeció por la colaboración, que por adelantado, dijo que espera tener con todos los medios de comunicación, y poder seguir colaborando para que siempre la verdad pueda llegar a todos lados, que la información sea transparente y que la gente conozca todas las cosas que se hacen bien.