La pregunta sobre si los perros son capaces de enamorarse ha generado debates entre los amantes de los animales, quienes observan cómo estos fieles compañeros entregan su lealtad incondicional a quienes comparten su vida. En este contexto, la ciencia ha incursionado en el estudio de las emociones animales, ofreciendo perspectivas reveladoras.
El doctor en psicología y ciencias, Stanley Coren, aborda este tema en un artículo para Psychology Today, destacando que la cercanía del ser humano con los caninos no garantiza un entendimiento completo de sus emociones. Según Coren, los avances científicos han revelado que los perros comparten muchas de las mismas hormonas y reacciones químicas que los seres humanos, incluida la oxitocina, responsable de emociones como el amor, la empatía, la confianza y el apetito sexual.
Aunque los perros experimentan estas emociones, Coren señala que su forma de amar difiere de la humana. Basándose en la investigación sobre el cerebro canino, se sugiere que su mentalidad es comparable a la de un niño de dos años, lo que implica un desarrollo emocional diferente al de los humanos.
El autor destaca una secuencia de emociones que los perros pueden experimentar, desde la excitación hasta el amor, aunque no hay evidencia clara de sentimientos como la vergüenza o la culpa en ellos. La ausencia de complejidades morales y normas sociales en los caninos distingue sus emociones de las humanas.