De manera casi inédita, como un acontecimiento que no ocurría desde hace más de 350 años, sacaron y alzaron en Italia la espada de San Miguel Arcángel para defender el mundo ante la pandemia del coronavirus.
El pasado domingo 5 de abril sacaron la espada de San Miguel Arcángel del Santuario del monte San Ángel.
«Publicamos un video que resume la fuerza de la fe y la oración del evento extraordinario de la súplica al Arcángel en defensa del mundo contra la epidemia de coronavirus», reseña el portal italiano de la Basílica Santuario San Michele Arcangelo.
En un momento de extrema dificultad en Italia por los efectos de esta crisis vinculada a Covid-19, la espiritualidad está jugando un papel muy importante. El alcalde de Monte Sant’Angelo, Pierpaolo D’Arienzo, ha decidido dirigir una oración a San Michele para pedir ayuda contra la terrible pandemia. «Acepta esta oración nuestra, defiende con nuestra espada nuestra ciudad, nuestro país de esta pandemia».
D’Arienzo ha confiado a San Miguel Arcángel la protección de la pequeña ciudad de la provincia de Foggia, que cuenta con dos sitios de la UNESCO. Lo hizo en el día icónico del Domingo de Ramos, cuando Jesús fue recibido triunfante en Jerusalén.
El evento no ocurría desde 1658, el año de la plaga
Una tradición centenaria que tiene sus raíces en otro período de gran dificultad histórica está relacionada con San Miguel: la plaga del siglo XVII. En particular, se hace referencia a su espada y al ritual único que se repite cada año.
El 29 de septiembre, con motivo de la fiesta del santo patrono, el objeto abandona la cueva donde se guarda para una procesión.
Un evento que nos remonta a 1658 cuando el Arcángel Miguel liberó a la ciudad de la peste
Aunque es tradición que cada año, el 29 de septiembre -en la fiesta de San Miguel y de los Arcángeles Gabriel y Rafael-, se extraiga la espada de su vitrina; el acontecimiento ocurrido el Domingo de Ramos fue único.
El rector del Santuario de San Miguel, Padre Ladislao Sucky, fue el encargado de extraerle a la imagen del Arcángel la espada; procedió a llevarla en procesión hasta lo alto de la montaña y alzarla, pidiendo a la cabeza suprema del ejército celestial libere a Italia, a Europa y al mundo de la peste del Covid-19.
Dos sacerdotes más participaron, el primero levantando una reliquia de la Santa Cruz, que fue obsequiada por Federico II tras la Cruzada de 1228; el otro, llevando consigo al mismo Jesús en el Santísimo Sacramento.
En la ocasión también estuvo presente el alcalde de la ciudad, Pierpaolo d’Arienzo, quien dirigió una oración pidiendo la acción de San Miguel Arcángel para proteger la ciudad.