Ciudad Valles, S.L.P.- A pedazos se está cayendo la Casa de la Cultura, daños estructurales serios presenta ya el recinto que se ubica en la carretera al Ingenio en la colonia Santa Lucía.
Tiene menos de un año que el recinto fue clausurado por Protección Civil Municipal, luego de que comenzaran a presentar daños en su estructura, las paredes comenzaron a tronarse y fue necesario que los menores dejaran de recibir clases en el lugar, solo el taller de danza y ajedrez continuaron en el lugar.
En el sitio se encuentra también la estatua del Gobernador Huasteco, que fue retirada de arco de las Tres Culturas, que fue demolido por el Gobierno del Estado para la edificación de un nuevo acceso a Valles.
Los menores integrantes de la Orquesta Sinfónica Municipal, fueron llevados a uno de los pabellones en la Feria Nacional de la Huasteca Potosina, ahí están tomando clases, padeciendo calor y algunos días las intensas lluvias, sin embargo ya hay una promesa de construcción de un nuevo espacio.
Este lunes acudieron a revisar las instalaciones para ver el estado que guardan y se encontraron con daños estructurales severos, además de percatarse que se robaron parte de las instalaciones de energía, sockers y la caja de fusibles fue desmantelada.
Aprovecharon para extraer las últimas piezas que se guardaban en el lugar, hoy lamentan que la Casa de la Cultura «Augusto Possetl» este en ruinas, cayéndose a pedazos y vandalizada, sin que a la fecha haya comenzado siquiera la búsqueda de un nuevo sitio para albergar los talleres de danza, musica, ajedrez, y otros más.
Los menores que tomaban clases ahí provenían de colonias populares que se encontraban dentro de los polígonos de inseguridad, se trabajo en el proyecto parta evitar que los menores cayeran en las adicciones o conductas delictivas, el objetivo se logró pero no se le dio continuidad, tristemente hoy solo es un cascajo donde un día resonaron las notas de música clásica, donde los niños desarrollaron su inteligencia con asombrosas jugadas de ajedrez, o donde el zapateado de un buen huapango cimbraba el salón de danza.
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