Erigido en lo que antiguamente albergaba a la Antigua Penitenciaría del Estado de San Luis Potosí, el Centro de las Artes de San Luis Potosí Centenario se ha convertido en uno de los espacios artístico-arquitectónico más importantes, y uno de los principales atractivos turísticos y culturales del Estado, no sólo por su incomparable arquitectura, sino por la historia que guarda el lugar.
El recinto, inaugurado el 27 de agosto de 2008, conserva gran parte del acervo arquitectónico penitenciario, sin embargo, tras su remodelación los espacios fueron acondicionados de tal forma que el ambiente y la sensación de represión y esclavitud han sido transformados quedando tan sólo con los apelativos de arte, cultura y libertad.
HISTORIA DEL EDIFICIO
El inmueble fue utilizado, desde su origen y hasta el mes de marzo de 1999, como centro penitenciario, y es considerado monumento histórico por determinación de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, de acuerdo a los artículos 35, 36 fracción I y IV de la misma.
Durante la administración del Gral. Díez Gutiérrez, se contrató al arquitecto Carlos Suárez Fiallo para la elaboración del proyecto. Su construcción inició en febrero de 1884, colocándose la primera piedra el día 5 de ese mes. El edificio fue inaugurado, aún sin concluir, el 5 de mayo de 1890 y se terminó en 1904.
En él se incorporaron conceptos que estaban a la vanguardia del diseño arquitectónico para la época y que ya habían sido utilizados en el llamado «Palacio Negro» de Lecumberri, siendo el más importante el llamado «panóptico», el cual ya había sido aplicado en Europa —desde finales del siglo XVIII— en las construcciones donde la función y el usuario requerían de un dominio visual y un acceso controlado a todos los espacios; esto se puede apreciar en los hospitales y cárceles de la época.
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En el año de 1910 ocurrió un hecho histórico, ya que el Gral. Porfirio Díaz ordenó que se apresara a Francisco I. Madero por los cargos de conato de rebelión y ultraje a las autoridades y fue trasladado a la entonces penitenciaría de San Luis Potosí; ahí inició la redacción del Plan de San Luis, promulgado unas semanas después de que Madero lograra escapar y viajar a los Estados Unidos.
Cabe destacar que durante la década de los sesenta estuvieron presos destacados personajes que contribuyeron de forma significativa a importantes procesos democráticos de transformación política y social, como el Dr. Salvador Nava. Asimismo, en este inmueble se dio el cambio de sistema penitenciario a centro de readaptación social, gracias a la incansable labor de uno de sus directores, el Lic. José Luis Vega Rodríguez, quien consideraba imprescindible la inclusión de las actividades artísticas como parte del proceso de readaptación social.
