Un reciente estudio ha identificado el origen de la mayoría de los meteoritos que han caído en la Tierra, proporcionando respuestas clave sobre estas rocas espaciales que han impactado nuestro planeta durante 4.500 millones de años. Según la investigación, el 70 por ciento de los meteoritos provienen de tres grandes grupos de asteroides ubicados en el cinturón principal entre Marte y Júpiter.
Los investigadores utilizaron simulaciones numéricas para rastrear la evolución de las familias de asteroides en el cinturón, lo que permitió identificar las fuentes de las colisiones que dieron lugar a los meteoritos que llegaron a la Tierra. De acuerdo con el astrónomo Miroslav Brož, de la Universidad Charles de Praga, estas familias son el resultado de colisiones entre asteroides más grandes, cuyas fragmentaciones han viajado por el espacio y, eventualmente, impactado en nuestro planeta.
Entre los meteoritos identificados, las condritas L, provenientes de la familia de asteroides Massalia, representan el 37% de los meteoritos conocidos en la Tierra, mientras que las condritas H, provenientes de las familias Karin y Koronis, representan el 33%. Otros grupos de asteroides, como Flora y Nysa, contribuyen con un 8%, mientras que el 6% se puede rastrear hasta Vesta, uno de los asteroides más grandes del cinturón principal. Los meteoritos provenientes de la Luna y Marte representan menos del 1% del total.
Este hallazgo es importante no solo para entender la procedencia de estos cuerpos, sino también para estudiar la historia del sistema solar. Según el astrónomo Michaël Marsset, los meteoritos, especialmente las condritas, son restos primitivos del disco protoplanetario, el material que rodeaba al Sol antes de la formación de los planetas.
Además, la investigación resalta la amenaza potencial que estos cuerpos espaciales representan para la Tierra. Como demostró el impacto que provocó la extinción de los dinosaurios, una gran colisión puede tener consecuencias catastróficas. La NASA, a través de su misión DART en 2022, probó con éxito la capacidad de desviar un asteroide, lo que representa un avance en la defensa planetaria.
Aún queda por investigar el origen del 15% de los meteoritos terrestres, lo que plantea nuevos desafíos para la exploración espacial y el estudio de nuestro sistema solar.
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