Los católicos y cristianos celebran la Semana Santa, considerada la Semana Mayor y la más importante del año, en la que se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Durante estos ocho días, los creyentes dedican su tiempo a la oración y a participar en diversas actividades propuestas por la Iglesia.
Algunos fieles recurren a la intercesión de santos, considerados ejemplos de vida y guía espiritual. Uno de los santos a los que acuden es San Cipriano de Cartago, obispo de la África romana, reconocido por su devoción y enseñanzas. San Cipriano se convirtió al cristianismo por consejo del presbítero Cecilio, de quien tomó su nombre. Empleó todos sus bienes para ayudar a los pobres y, tras su ordenación como presbítero, fue nombrado obispo de Cartago.
En sus textos, San Cipriano compartió reflexiones sobre la naturaleza humana y su propia conversión. “Todavía estaba acostado en la oscuridad y la noche sombría… pero después de eso, con la ayuda del agua del nuevo nacimiento, la mancha de años anteriores había sido lavada, y una luz de arriba, serena y pura, había sido infundida en mi corazón reconciliado”, expresó.
San Cipriano fue exiliado durante el gobierno del emperador Decio y, en el año 258 d. C., bajo la administración de Valeriano, fue condenado a muerte y martirizado. Al recibir su sentencia, exclamó: “¡Deo gratias!” («Gracias a Dios»). Hoy en día, muchos creyentes acuden a San Cipriano en busca de protección, salud y ayuda en distintas circunstancias, confiando en su intercesión y enseñanzas.
Oración a San Cipriano
¡Oh, San Cipriano!
te suplico que me liberes de todo mal.
Haz que se olviden de mi existencia,
y permíteme librarme de las ataduras
y del daño que me hacen.
Dame salud, bienestar y paz,
Adorado San Cipriano,
protégeme para que nada pueda tocarme
y lograr salir victorioso de mis enemigos,
te lo pido con toda humildad.
Escucha mi oración con urgencia,
en ti confío.
Amén.
