La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha actualizado su lista de enfermedades, incluyendo por primera vez la adicción a los videojuegos como un trastorno mental. Esta nueva clasificación, conocida como la 11ª revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), entró en vigor después de ser publicada por la OMS el viernes pasado, siendo aprobada en mayo de 2021.
La adicción a los videojuegos se define como un patrón persistente o recurrente de comportamiento de juego digital, ya sea en línea o fuera de línea. Según la CIE-11, se caracteriza por un control deficiente sobre el juego, una prioridad excesiva dada al juego en detrimento de otros intereses y actividades, la continuidad o intensificación del juego a pesar de las consecuencias negativas, y un deterioro significativo en diversas áreas de funcionamiento.
La adicción a los videojuegos puede manifestarse de manera continua o episódica, y generalmente se requiere un período mínimo de 12 meses para asignar el diagnóstico. Sin embargo, la duración puede ser menor si los síntomas son graves. Es importante destacar que el trastorno se diagnostica cuando el patrón de comportamiento tiene un impacto significativo en la vida personal, familiar, social, educativa u ocupacional.
Expertos señalan que si los jugadores descuidan sus responsabilidades diarias, como el trabajo o los estudios, y si las relaciones personales se ven afectadas por el exceso de juego, pueden ser señales de un problema. Es importante tener en cuenta que los videojuegos en línea en sí no son necesariamente perjudiciales, sino más bien el tiempo excesivo dedicado a ellos.
La inclusión de la adicción a los videojuegos en la lista de enfermedades de la OMS refleja la creciente preocupación por los efectos negativos que puede tener el uso excesivo de los videojuegos en la salud mental de las personas. Esta actualización permitirá a los profesionales de la salud estandarizar su labor y brindar un mejor apoyo a aquellos que sufren de esta adicción.