En completo descuido y abandono se encuentra el Teatro de la Paz, prueba de ello es el fétido y desagradable olor a caño que ha infestado la sala principal ante la negligencia de su director y de la Secretaría de Cultura que, por lo visto, no han implementado acciones pertinentes para garantizar el correcto funcionamiento de este recinto, referente ineludible de la cultura en San Luis Potosí.
Fue durante la pasada inauguración del XXIV Festival de Música Antigua y Barroca «Los Fundadores», celebrada la noche del pasado martes 23 de noviembre, cuando la sala principal del llamado Coloso de Villerías se encontraba impregnada de una pestilencia que incomodó a los asistentes que, consternados, no lograban descifrar de dónde provenía tan desagradable olor.
Precisan que el apeste se volvía más intenso en la zona cercana al escenario, sobre todo del lado derecho de modo que varios de los asistentes al evento optaron por alejarse y buscar una butaca alejada de este lugar ya que, a ratos, el olor se volvía insoportable. Ni siquiera el uso del cubrebocas impidió que los asistentes se sintieran incómodos por el fétido olor que sirvió de marco para uno de los eventos más importantes de la Secretaría de Cultura.
A la fecha, se desconoce el origen del asqueroso fenómeno. En el debate de los asistentes se planteaba la posibilidad de que fueran los baños ubicados a escasos metros de la sala, algunos otros apuntaban a un problema en el drenaje o la fuga de desechos en alguna tubería cercana al espacio en donde se encuentra el foso para la orquesta.
El Teatro de la Paz es el recinto cultural con más historia y relevancia en San Luis Potosí, sin embargo, en los últimos años se ha visto un importante descuido que lo ha llevado a deteriorarse de manera significativa pues ni su director, Francisco Gerardo García Rojas Flores, (quien, por cierto) se mantiene en el cargo desde la administración de Juan Manuel Carreras) ni la propia Secretaría de Cultura han tomado acciones para preservarlo y explotar el enorme potencial que tiene como promotor de la cultura en el estado.