El festival de cerveza más famoso del mundo da la bienvenida a todos para disfrutar de la cultura bávara, ríos de cerveza, y gran cocina tradicional
El Oktoberfest de Múnich abrió hoy con sus carpas abarrotadas, tras dos años en los que la más popular fiesta cervecera del mundo quedó cancelada por la pandemia y con interminables colas ante las puertas desde horas antes de su apertura.
A las doce del mediodía, de acuerdo con la tradición, el alcalde de la ciudad, Dieter Reiter, dio el mazazo sobre el grifo de un barril hasta lograr, al tercer golpe, su apertura y llenar la primera jarra de cerveza, al grito preceptivo de «O’zapft is! Auf eine friedliche Wiesn!» -«¡Abierto está! ¡Por una pradera en paz!»-.
Por prado se entiende la «Theresienwiese» -la Pradera de Teresa-, el recinto donde se celebra el Oktoberfest, que seguirá abierta hasta el 3 de octubre.
Mucho antes de las nueve de la mañana, la hora en que se abrió el acceso al recinto, miles de personas esperaban ya ante sus puertas para asegurarse un puesto en una de sus 16 carpas oficiales.
Los primeros visitantes aguardaban desde las cuatro de la madrugada, según la televisión pública bávara BR, a pesar de las bajas temperaturas nocturnas -8 grados de mínima- y de la llovizna.
A la apertura de los accesos siguieron las primeras carreras hasta las carpas, principalmente por parte de jóvenes con los tradicionales «Dirndl» -las mujeres- o pantalones de cuero -los hombres-, en muchos casos asomando por debajo del abrigo o impermeable.
Siguió luego la espera hasta la inauguración oficial de la fiesta por parte del alcalde, el socialdemócrata Reiter, y en presencia del primer ministro de Baviera, el conservador Markus Söder.
Para toda esta primera jornada se pronostica lluvia en Múnich, una situación que previsiblemente seguirá al menos hasta el próximo miércoles.
Sin embargo, se prevé una afluencia récord de visitantes tras dos años «de sequía» por el cierre del conjunto de la vida pública en Alemania, en 2020, y de los actos multitudinarios, en 2021, por imperativo del coronavirus.
Antes de la pandemia, la fiesta muniquesa recibía cada año una media de seis millones de personas, que consumen una media de 70.000 litros de cerveza.
El récord absoluto se marcó en 1985 con sus 7,1 millones de personas.
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