
Si estás planeando tu próximo viaje para Semana Santa y eres amante de la buena comida, Oaxaca debe estar en tu lista de destinos. Su riqueza culinaria ofrece una experiencia gastronómica inigualable, desde mercados tradicionales hasta restaurantes de alta cocina que reinterpretan recetas ancestrales. No es casualidad que haya sido reconocido con el Food and Travel Reader Awards 2024 como el Mejor Destino Gastronómico de México.
Platillos imperdibles de Oaxaca
La cocina oaxaqueña se distingue por su fusión de ingredientes autóctonos y técnicas prehispánicas que han perdurado por generaciones. Algunos de los platillos que no puedes dejar de probar son:
- Salsa de chicatanas: Elaborada con hormigas voladoras recolectadas en temporada de lluvias, ajo, cebolla y chile, creando un sabor intenso y profundo.
- Caldo de piedra: Guiso prehispánico en el que el pescado y otros ingredientes se cocinan con piedras al rojo vivo.
- Tejate: Conocida como la «bebida de los dioses», es una refrescante mezcla de maíz y cacao, servida en jícaras tradicionales.
- Amarillito de armadillo: Uno de los siete moles oaxaqueños, preparado tradicionalmente con carne de armadillo, aunque también se hace con pollo o cerdo.
- Zegueza: Un mole de maíz aromatizado con hoja santa y chile guajillo, con una textura espesa y sabor profundo.
- Sopa de guía con chochoyotes: Caldo reconfortante hecho con guías de calabaza, elote, masa y especias.
- Nicuatole: Postre prehispánico con la textura de un flan, hecho a base de maíz, miel de maguey y canela.
Oaxaca es mucho más que un destino turístico; es un viaje a través de los sabores que han dado identidad a la cocina mexicana. Cada platillo cuenta una historia y refleja la riqueza cultural del estado, convirtiendo cada comida en una experiencia inolvidable.