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Los nudillos, esenciales para la movilidad de nuestras manos, a menudo sufren problemas que pueden resultar incómodos e incluso indicar afecciones subyacentes. Desde cambios climáticos hasta alergias y enfermedades autoinmunes, las causas de nudillos rojos, agrietados o inflamados son variadas. Es crucial identificar el origen del problema para aplicar el tratamiento adecuado y recuperar la salud de nuestras manos.
La exposición a cambios de temperatura, la sequedad en las manos y las alergias a productos como jabones, lociones o incluso metales como el níquel son factores comunes que pueden desencadenar irritación en los nudillos. Además, afecciones como la dermatitis atópica, la eritromelalgia (enrojecimiento y dolor en las extremidades) y la dermatomiositis (enfermedad autoinmune que afecta músculos y piel) también pueden manifestarse en esta zona, requiriendo un diagnóstico médico para un tratamiento específico.
Otras enfermedades del colágeno, como el lupus eritematoso sistémico y la esclerodermia, pueden afectar los nudillos, causando inflamación y cambios en la textura de la piel. Asimismo, la enfermedad de Raynaud, que afecta la circulación sanguínea, puede provocar episodios de enrojecimiento e inflamación en los nudillos. La fricción constante y la hiperhidrosis (sudoración excesiva) también contribuyen a la irritación y al riesgo de infecciones en esta área.
El tratamiento de los nudillos rojos, agrietados o inflamados varía según la causa subyacente. Mantener una buena hidratación de la piel con cremas emolientes, evitar la exposición a irritantes y alérgenos, y proteger las manos del frío y la fricción son medidas preventivas importantes. En casos más graves, se pueden requerir medicamentos tópicos o sistémicos, terapias específicas e incluso la consulta con un reumatólogo. Ante cualquier síntoma persistente, es fundamental buscar atención médica para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.