“No hay nada más perverso que una mujer violentando a otra mujer” soltó a rajatabla Tere Carrizales a la directora del Instituto de la Mujer en San Luis Potosí, Erika Velázquez, que está ciega, sorda y muda ante la agresión que todos los días sufren miles de mujeres en el estado y que ella se niega a pronunciarse, mucho menos a defender.
Erika Velázquez, junto a mujeres en el poder, programaron mesas de diálogo para la elaboración del Programa Nacional para la Igualdad entre Hombres y Mujeres 2019-2024, PRIVADAS, nadie que no haya sido invitado podía asistir.
Tere Carrizales, víctima de violencia y misoginia por parte del alcalde capitalino, Xavier Nava Palacios, acudió a las mesas de análisis para exigir a Erika Velázquez que, ya que no se pronunció por la agresión que sufrió, lo haga por las tres mujeres policías que quieren usar como chivo expiatorio a fin de salvar el pellejo a Sebastián Pérez y Edgar Jiménez Arcadia, secretario general del Ayuntamiento y director de Seguridad Pública Municipal, respectivamente.
Ante la mirada inexpresiva de Nadine Gasman, titular del Instituto Nacional de las Mujeres, Erika Velázquez forzó una sonrisa, y sólo atinó a ofrecer a Carrizales recibirla mañana, ofrecimiento que la abogada rechazó.
Al darse cuenta de la presencia de las cámaras de prensa Erika Velázquez tuvo que forzar la sonrisa, de reojo volteó en busca de las mujeres a las que mantienen en la nómina del IMES para que desquitaran el salario y salieran al quite, todas se escondieron, la dejaron sola.
Tere Carrizales le dijo, en su cara, “usted y yo no estamos en el mismo bando”, Erika tuvo que apretar el estómago y aguantar “la equidad empieza cuando las mujeres nos defendemos”, Velázquez no tenía palabras.
“El problema está en las mujeres que están en el poder y atentan contra otras mujeres” dijo la abogada a Erika Velázquez, quien ha cerrado los ojos ante todos los feminicidios atroces que se han registrado en territorio potosino, la directora del Instituto de la Mujer se dedica a dar cursos de masculinidad a mujeres que tiene en la nómina, en vez de encabezar la defensa de los derechos de las potosinos, nunca ha movido un solo dedo para defender a una mujer.
Erika Velázquez tuvo que tragar saliva, sonreír y aguantar, todo sea por el hueso.