En una escalada de represión, cinco sacerdotes de la Arquidiócesis de Managua fueron detenidos en las últimas horas por la Policía de Nicaragua, sumándose a un total de 15 religiosos encarcelados en el país, incluyendo a dos obispos. La dictadura de Daniel Ortega ha desatado una feroz persecución contra la Iglesia, marcando un momento crítico en las ya tensas relaciones entre el Gobierno y la institución religiosa.
Los sacerdotes detenidos son Silvio Fonseca, Mykel Monterrey, Raúl Zamora, Gerardo Rodríguez y Miguel Mántica, todos pertenecientes a la Arquidiócesis de Managua, según informes de Martha Patricia Molina, autora del estudio «Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?». Estos arrestos se suman a la detención del obispo Isidoro Mora y otros nueve sacerdotes la semana pasada.
El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, quien reside en Miami debido a amenazas a su seguridad, denunció la persecución en un mensaje en Twitter, afirmando que «sigue la furia de la criminal dictadura de Ortega desatada contra la Iglesia». Báez instó a los obispos y conferencias episcopales de todo el mundo a solidarizarse y denunciar esta persecución.
La investigadora Martha Patricia Molina sugiere que el régimen de Ortega podría estar preparando un destierro o una acusación penal masiva contra los religiosos detenidos, similar a lo ocurrido en octubre pasado cuando liberaron a 12 sacerdotes encarcelados y los enviaron al Vaticano.
La tensión entre el Gobierno y la Iglesia católica ha alcanzado niveles críticos, marcados por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de relaciones diplomáticas. Nicaragua vive una crisis desde abril de 2018, agravada por las elecciones de noviembre de 2021, que resultaron en la reelección de Ortega para un quinto mandato en medio de denuncias de fraude y la detención de opositores.
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