Este domingo, la vicepresidenta Kamala Harris hizo un llamado a «pasar página» y a unirse en un «plan divino» que busca «curar la división» en el país, luego de que las últimas encuestas para la presidencia de Estados Unidos arrojara resultados muy igualados con su opositor, Donald Trump.
Durante un evento en una iglesia cristiana en Míchigan, un estado clave para las elecciones, Harris enfatizó la necesidad de un nuevo capítulo en la historia estadounidense, uno que sea «suficientemente grande para abarcar todos nuestros sueños» y «audaz como para abrazar la posibilidad: el plan de Dios». La vicepresidenta también recordó un pasaje del profeta Jeremías que dice: «Porque yo conozco los planes que tengo para ti», planes «de bienestar y no de calamidad» .
Harris, quien ya ha votado por correo, declaró a los periodistas que su papeleta «está camino a California». Este enfoque en Míchigan es crucial, dado que el estado ha sido emblemático del «cinturón del óxido», una región que ha enfrentado desafíos económicos significativos.
Por su parte, Donald Trump, en un mitin realizado en Pensilvania, prometió un Estados Unidos más «rico», «seguro» y «fuerte». El expresidente se quejó de las encuestas, afirmando que son «corruptas», y subrayó su intención de acabar con la inflación y detener lo que considera una invasión de criminales en el país. Trump se enfrenta a Harris con encuestas muy reñidas; un sondeo reciente de The New York Times/Siena muestra un empate técnico entre ambos candidatos.
La contienda se centra especialmente en estados pendulares como Pensilvania e Iowa, donde las diferencias pueden ser mínimas, a menudo de solo decenas de miles de votos. En Pensilvania, donde residen cientos de miles de puertorriqueños, los comentarios despectivos de Trump sobre Puerto Rico podrían tener repercusiones negativas para su campaña 36.
Con más de 76 millones de votos anticipados emitidos hasta ahora, la expectativa es alta mientras ambos candidatos se preparan para lo que promete ser una elección histórica y decisiva 15.