Atrás quedaron los dichos de Xavier Nava en defensa de las mujeres y, de nueva cuenta, aplicó a conveniencia su laxa moral para proteger a su entrañable amigo Ricardo García Rojas Flores, su flamante director de Deportes, ahora acusado de acoso sexual por al menos dos mujeres, ambas de nacional extranjera, que prestaban sus servicios como entrenadoras para el Ayuntamiento de San Luis Potosí.
A García Rojas Flores, Nava le creó a la medida la Dirección de Deportes, ahí lo colocó y le permitió acomodar a toda su parentela en las diferentes áreas municipales, eso no le causó conflicto, sin embargo, fue en semanas recientes cuando se dieron a conocer las denuncias promovidas por dos entrenadoras que fueron víctimas en reiteradas ocasiones de las insinuaciones y el acoso sexual por parte de su jefe directo.
Las víctimas buscaron ayuda y en un intento de que el problema no trascendiera y se quedara en el ámbito municipal, intentaron solucionar el problema a través de la dichosa Puerta Violeta en donde no hicieron más que minimizar el caso y darle por su lado al acusado. Las entrenadoras decidieron recurrir a otras instancias y, según versiones, una de ellas incluso dio parte a la embajada de su país para que interviniera.
Cuestionado sobre este tema, el mismo Nava reconoció tener conocimiento de los hechos y, aunque aseguró que se está haciendo una investigación interna (quién sabe cómo y bajo qué protocolos), dejó en claro que no va a despedir a su director de Deportes, ni siquiera lo cesará mientras se lleva a cabo la supuesta indagatoria.
La justificación que da el alcalde para no separarlo del cargo es que se debe respetar la presunción de inocencia, sin embargo, con sus acciones termina revictimizando a las entrenadoras que, de entrada, ya perdieron su trabajo y tuvieron que soportar los enfermos deseos de su victimario que plácidamente sigue cobrando y recibiendo los apapachos de Xavier Nava, quien, pese a todo, no deja de decir que defiende a las mujeres y que trabaja para erradicar la violencia que las asecha.
