Los glúteos son una de las áreas del cuerpo que muchas personas desean mejorar y moldear. Aunque los métodos tradicionales como el ejercicio y la cirugía estética son los más comunes, una técnica poco convencional está ganando terreno: las nalgadas. ¿Es realmente efectivo este método para aumentar el tamaño de los glúteos? A continuación te explicamos lo que dice la ciencia y cómo hacerlo de manera segura.
Según la Revista de Cirujanos Ortopédicos, existe evidencia de que las nalgadas pueden promover el crecimiento de los glúteos, aunque este es un proceso lento y no permanente. La técnica que se utiliza para este propósito es conocida como Tobnom, originaria de Bangkok, Tailandia, y está diseñada para tonificar y hacer crecer los músculos flácidos de los glúteos.
Para obtener resultados, es esencial que las nalgadas se den de forma constante, con un ritmo regular, y que se mantenga el mismo número de palmadas en ambos glúteos para que el crecimiento sea equilibrado y simétrico. Las sesiones deben durar entre 10 y 15 minutos, y se recomienda seguir un ritmo constante, por ejemplo, al ritmo de una canción de pop o música movida.
El proceso no es inmediato y suele requerir un mínimo de 4 sesiones para ver resultados. Aunque el único «efecto secundario» que podría experimentar es el dolor momentáneo de las palmadas, este es un método que se puede hacer de manera constante para lograr resultados a largo plazo. Para hacer las sesiones más llevaderas, puedes pedir ayuda a tu pareja o un amigo, siempre asegurándote de que la intensidad de las nalgadas sea tolerable.
Si las nalgadas no son lo tuyo, otra opción es el masaje de glúteos. Este consiste en realizar masajes firmes y circulares hacia afuera, lo que mejora la circulación sanguínea y previene problemas como la celulitis y la flacidez. También puedes combinar estos masajes con pellizcos firmes para estimular el tejido y favorecer el agrandamiento de los glúteos.
Si decides probar esta técnica, recuerda siempre escuchar a tu cuerpo y evitar cualquier tipo de dolor excesivo. La clave está en la constancia y el equilibrio, y como cualquier otra técnica, lo más importante es disfrutar del proceso.
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