Dicen que cuando una madre pierde a un hijo no hay un término o palabra que defina el dolor de esta situación. En este 10 de Mayo, día donde muchas familias celebran a ese ser que nos dio la vida, en otros casos es un día más, sin nada que festejar por la pérdida de un hijo que, tras su muerte, las madres dolidas claman justicia para aliviar, al menos, un poco de ese sufrimiento que han cargado y que ya no alcanza las lágrimas para subsanar.
Doña Petra, visiblemente cansada emocionalmente, con mucho dolor compartió su testimonio. Su hijo fue brutalmente asesinado por un par de sujetos que están cerca de conseguir su libertad, situación que hace sufrir aún más a la señora porque no existirá la justicia para su hijo, porque será en vano todo el tiempo que invirtió para exigirle a las autoridades que hagan su trabajo bien y porque anhelaba con su alma anquilosada que sus nietos vieran que castigaron a los sujetos que le quitaron la vida a su padre.
Imposible no sentir un nudo en la garganta mientras doña Petra continúa con su testimonio, ese que decenas de veces ya ha tenido que explicar, pero que no se cansa de hacerlo para que nadie se olvide de lo que le hicieron a su hijo, «he buscado las fuerzas necesarias para seguir insistiendo y que no den carpetazo al caso de mi hijo, me han dicho que ya no haga nada, que ya no me fatigue por los problemas con mis enfermedades, pero yo seguiré de pie por el recuerdo de mi hijo», compartió doña Petra con una voz quebradiza y angustiada pero aún amorosa por el recuerdo de su hijo.
Yolanda es otra madre que ha pasado por el camino de la amargura. Le asesinaron a un hijo y en estos momentos tiene a otro desaparecido. Ya tampoco le alcanzan las lágrimas para seguir sufriendo por estas dos pérdidas. A su hijo lo mataron de un balazo en el corazón, el responsable, después de ocho años de cárcel, está a punto de salir libre, situación que Yolanda desaprueba con fuerza e impotencia, «no ha sido suficiente el castigo de esta persona por lo que le hizo a mi hijo», dijo mientras recordó cómo había sucedido todo.
«Estaba en mi trabajo, mi hijo siempre iba por mí a la parada del camión, pero esa vez tuve que quedarme tiempo extra y hablé a la casa para decirles que no fueran por mí, pero mi hija me dijo que su hermano ya había salido de la casa; no pasaron ni cinco minutos y me volvieron a llamar para decirme que mi hijo ya estaba muerto porque alguien le disparó; lo que más me dolió fue no alcanzar a llegar para verlo por última ves antes de que lo subieran a la camioneta de la Semefo», compartió la señora Yolanda mientras trataba de pasar saliva en los ratos que guardaba silencio para no contener el llanto.
A continuación, los testimonios de dos madres que dejaron de festejar el 10 de Mayo porque le arrebataron lo que más amaban, a un hijo:
https://www.youtube.com/watch?v=HQ22Z20rBQg&ab_channel=C%C3%B3digoSanLuis