En el corazón del Centro Histórico de San Luis Potosí se encuentra una de las zonas más bonitas y turísticas de la ciudad, se trata de la Plaza de Aranzazú que se complementa con el callejón del mismo nombre y que conecta con la iglesia y jardín de San Francisco. Ante este panorama, el aspecto cultural e histórico lo aporta el Museo Regional Potosino, mismo que se encuentra justamente en lo que fuera el convento franciscano, y en donde además se encuentra la bellísima capilla de la Virgen de Aranzazú.
Administrado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia el recinto guarda tesoros prehispánicos descubiertos en gran parte del territorio potosino, desde la Huasteca, pasando por la Zona Media hasta llegar a las inmediaciones de la capital del estado, lugares clave que están relacionados con la fundación de la ciudad de San Luis Potosí.
El Museo Regional Potosino ha sido modificado de tal manera para que los visitantes tengan una experiencia única, con algunos pasillos preservados que guardan la misma esencia que tuvieron hace más de 400 años, por lo que recorrerlo es como estar en una cápsula del tiempo que nos detalla minuciosamente la vida de los franciscanos y la devoción por sus costumbres religiosas.
El museo es parte de lo que fueron los patios de servicio, corredores y biblioteca del exconvento franciscano. El edificio es una muestra fiel de la arquitectura Novohispana, en su interior alberga a la capilla de Aranzazú, única en su tipología ya que se ubica en la planta alta de lo que fuera el convento. Como testimonio de la desamortización de los bienes eclesiásticos quedó mutilada la sacristía de la Capilla de Aranzazú. Las antiguas caballerizas del convento dieron lugar a la actual Plaza de Aranzazú, El Ventanal de la Capilla de Aranzazú, de estilo barroco realizado en Cantera.
A continuación, te presentamos en video un breve recorrido con la explicación a cargo de Janis Martínez, encargada del Área de vinculación del Museo Regional Potosino:
https://www.youtube.com/watch?v=3bgOb1A6VI0