Durante los cinco días de la peregrinación anual conocida como hach en La Meca, que se celebró del 14 al 19 de junio, las altas temperaturas han cobrado un severo tributo humano. Se reporta que entre 48 y 52 grados Celsius fueron los responsables directos de la muerte de al menos 550 personas, con el temor de que la cifra pueda aumentar.
La Meca, ubicada en el valle desértico del oeste de Arabia Saudita, experimentó temperaturas históricamente elevadas este año, según informó el Centro Nacional de Meteorología saudí. Las condiciones extremas hicieron que la mayoría de las víctimas, principalmente provenientes de Egipto, sucumbieran al calor abrasador. Solo un individuo falleció a causa de heridas durante una estampida humana, informaron medios internacionales.
Aunque la cifra de fallecidos es preliminar y se basa en los cuerpos trasladados a la morgue de Al Muaisem en La Meca, se estima que más de 2000 peregrinos fueron atendidos por estrés térmico, según lo indicado por las autoridades saudíes y reportes del Ministerio de Relaciones Exteriores de Egipto, que también mencionan personas desaparecidas.
La peregrinación a La Meca, uno de los cinco pilares del islam, obliga a todo musulmán que tenga los medios a realizarla al menos una vez en la vida. Este año, alrededor de 1.8 millones de musulmanes participaron en los rituales, con una gran mayoría procedente del extranjero. Los rituales, como las oraciones prolongadas en el Monte Arafat, se llevaron a cabo bajo condiciones extremadamente difíciles debido al calor sofocante.
Las autoridades saudíes habían recomendado a los peregrinos tomar precauciones como usar paraguas, mantenerse hidratados y evitar la exposición al sol durante las horas más calurosas del día, pero las altas temperaturas aún cobraron un precio elevado entre los participantes de la peregrinación más sagrada del islam.
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