Octubre ha llegado y, con él, la anticipada celebración de Halloween, donde las calabazas esculpidas se convierten en adorno esencial en casas de todo el mundo. Pero, ¿sabías que detrás de este icónico elemento se oculta la fascinante leyenda de Jack o’Lantern?
La leyenda de Jack o’Lantern es una historia tradicional irlandesa que arroja luz sobre el origen de las calabazas talladas como parte de la tradición de Halloween. Cuenta la historia de un hombre conocido por su mezquindad, afición al alcohol y mal carácter.
Se dice que en el día de su muerte, Jack invitó al diablo a tomar con él. Sin embargo, este astuto individuo logró engañar al mismísimo Satanás haciéndole convertirse en una moneda para pagar al cantinero. Guardó al diablo en su bolsillo junto a un crucifijo. Para liberar a Lucifer, le pidió 10 años más de vida, a lo cual el diablo accedió.
Una década después, el diablo volvió a reclamar su alma, pero Jack lo atrapó en un árbol con una cruz clavada en el tronco. Jack negoció su liberación prometiendo que nunca lo llevaría al infierno.
Cuando Jack finalmente murió, su entrada al cielo le fue negada debido a su maldad, pero el infierno tampoco lo aceptó debido a su trato con el diablo. Así que Jack fue condenado a vagar eternamente por la Tierra con una brasa del infierno para iluminar su camino, que colocó en el interior de una calabaza vacía.
Otra teoría sugiere que los celtas, antiguos habitantes de Irlanda y Gran Bretaña, usaban calabazas para ahuyentar a los espíritus malignos durante el Samhain, una festividad que marcaba el fin del verano y el comienzo del invierno. La tradición habría sido llevada a Estados Unidos por inmigrantes en el siglo XIX, convirtiéndose en un elemento esencial de Halloween.
