La nave espacial Beresheet, de fabricación israelí, sufrió una aparente falla en su motor principal y otros problemas técnicos y de comunicación cuando estaba cerca de alunizar.
El objetivo de la misión era tomar fotografías, hasta una selfie y realizar varios experimentos.
Hasta ahora solo las agencias gubernamentales de Estados Unidos, de la antigua Unión Soviética y de China han logrado aterrizajes lunares.
La misión israelí tuvo un costo de alrededor de US$100 millones y se considera como pionera para futuras exploraciones lunares de bajo costo.
El proceso tenía que tardar unos 20 minutos.Todos los controles para esto se cargaron y ejecutaron desde Israel.